Como cada año, fueron millones los fieles filipinos que asistieron a la procesión del Cristo que carga una cruz negra. La masiva popularidad se debe a la creencia local de que al tocarlo, la escultura te bendice y te da buena suerte.
La policía filipina estimó que este año asistieron 6,3 millones de personas a la masiva peregrinación, lo que marcó un récord este año, aunque no fue el único número en alza.
Un caos entre los devotos se vivió a raíz de las aglomeraciones durante la tradicional procesión, de la que resultó una persona fallecida y cerca de 800 heridos, según la información que entregaron las autoridades locales.
El fallecido era un funcionario de mediana edad, quien sufrió un ataque cardiaco cuando intentaba tocar la estatua. Si bien generalmente ocurren sofocos o desmayos entre los asistentes, que muera alguien es mucho más difícil. La última vez fue en la versión 2015, cuando fallecieron dos ciudadanos.
A raíz de los incidentes registrados el año pasado, en esta oportunidad se movilizaron más de 6 mil agentes policiales, incluyendo francotiradores y expertos en explosivos, además de helicópteros y drones que escoltaron a las miles de personas.
El evento se desarrolla tradicionalmente en Manila, la capital de Filipinas. La actividad comienza en la mañana y termina en la medianoche, tiempo para que los feligreses, generalmente descalzos, desfilen en compañía del famoso Cristo negro.
El nazareno negro es una estatua de Jesús, pero de piel morena. Fue creada en el siglo XVII por un carpintero mexicano, y luego de un año, la llevaron a Filipinas. Cada 9 de enero es sacada de su templo y paseada por las calles de la ciudad.
El importante y concurrido evento se debe a que en Filipinas, el 80 por ciento de la población pertenece a la religión católica.