Con una imagen moderna y liberal, la nueva primera ministra de Nueva Zelanda, la laborista Jacinda Ardern, juró el jueves el cargo y prometió un Ejecutivo activo, fuerte y empático que gobernará para todos y no solo para los que le votaron en las elecciones del 23 de septiembre.
Estamos en una democracia y por supuesto no todos nos votaron. Pero prometemos, sin importar qué han votado o dónde viven, que éste será el Gobierno de todos los neozelandeses», dijo Ardern en su primera intervención pública tras la investidura en la Casa del Gobierno
«Quiero hacer énfasis hoy en la expresión ‘vuestro gobierno’. Estamos en una democracia y por supuesto no todos nos votaron. Pero prometemos, sin importar qué han votado o dónde viven, que éste será el Gobierno de todos los neozelandeses», dijo Ardern en su primera intervención pública tras la investidura en la Casa del Gobierno, en Wellington, según Radio New Zealand.
A sus 37 años, esta carismática política, hija de un ex policía y antigua feligresa mormona que votó a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, es la tercera mujer en llegar a la jefatura del Gobierno neozelandés, tras Jenny Shipley (1997-1999) y Helen Clark (1999-2008).
Ardern desencadenó la «Jacindamanía» cuando sucedió a Andrew Littler al frente del laborismo el 1 de agosto pasado. Su irrupción en política fue comparada por analistas locales con la del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, o el presidente francés, Emmanuel Macron, o hasta con el ex mandatario estadounidense Barack Obama.
La «Jacindamanía» creó incluso tendencia en las redes sociales.
Feminista
Las primeras preguntas que realizaron los periodistas a la nueva mandataria cuando asumió como líder del Partido Laborista y comenzaba su candidatura estaban lejos de sus aspiraciones políticas y proyectos de trabajo.
El presentador de radio Mark Richardson “fue demasiado lejos”, según advirtió la propia Arden, al preguntarle en agosto de este año si pensaba tomarse las licencias maternales (pre y post natal), argumentando que los electores necesitaban conocer esta información ya que “si tienes una empresa necesitas conocer este tipo de información de la mujer a la que estás empleando”.
Visiblemente molesta la candidata opositora enfrentó al animador del popular programa matinal recordándole que esta es una práctica ilegal. Además, enfatizó en que “es totalmente inaceptable en el 2017 decir que deberían responder esta pregunta en el lugar de trabajo. Es inaceptable, ¡inaceptable!”.
“La decisión de tener hijos concierne a la mujer y no debería predeterminar sus oportunidades laborales”, agregó.
Una mujer sencilla
Nacida el 26 de julio de 1980 en Hamilton, en la Isla Norte, Ardern se crió en las localidades de Morrinsville y Murupara, donde el 16 % de los niños viven en hogares de desempleados y un 11 % de los menores de 15 años sufren inseguridad alimentaria.
De sus años en Murupara, la primera ministra de Nueva Zelanda recuerda que vio «el impacto de la falta del trabajo y la esperanza y lo que pasa cuando no se invierte en los niños».
Ardern, quien convive con su compañero sentimental -el presentador de televisión Clarke Gayford- en Auckland y no tiene hijos, se unió al Partido Laborista a los 17 años.
Tras destacar rápidamente en las juventudes laboristas y, graduarse en Comunicaciones en la Universidad de Waitako, comenzó a trabajar como investigadora en las oficinas de Helen Clark y Phil Goff, líder del laborismo entre 2008 y 2011.
Gayford confiesa que se enteraron del resultado de la elección a través de televisión y que luego comieron un plato de fideos instantáneos, según una entrevista que dio al medio de comunicación Herald.
Sin embargo, la política no fue su única pasión. Arden solía tocar en discos y matrimonios como DJ amateur, instancia en la que se daba el lujo de abandonar el escenario para bailar con los invitados, de acuerdo con el portal neozelandés The Spin Off.
Fanática de las redes sociales, la primer ministra neozelandesa comparte todas sus actividades a través de redes sociales con un tono lúdico, donde inclusive se ríe de los rayados que realizan a sus propagandas.
Es más, inclusive su gato Paddles tiene una cuenta de Twitter donde se autodenomina «el primer gato de Nueva Zelanda».
Hi, I'm Paddles and I am the First Cat of New Zealand. I have opposable thumbs, I'm purrty special. pic.twitter.com/MPkxdhWCRu
— The Ghost of Paddles (@FirstCatofNZ) October 21, 2017
A pesar de criarse como miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), Ardern, que se define como una persona «social con ideas liberales», se apartó de ella en 2005 por un conflicto entre las ideas religiosas y sus puntos de vista políticos.
Viajó al extranjero y trabajó en una cocina popular en Nueva York cocinando albóndigas; en Londres formó parte de un equipo de consultores del entonces primer ministro británico, Tony Blair; y en 2008 fue elegida presidenta de la Unión Internacional de Juventudes Socialistas.
A su retorno a Nueva Zelanda, Ardern se convirtió en la parlamentaria más joven de la nación en 2008, tras las elecciones que acabaron con los nueve años del Gobierno de Clark y que entregaron el poder al Partido Nacional y su líder, John Key.
Los detractores de Ardern critican su falta de experiencia en cargos gubernamentales, pero otros recuerdan que Hillary Clinton era la más experimentada y perdió ante Donald Trump.