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Nunca antes en la historia, una Administración de Estados Unidos declaró emergencia nacional por una crisis de este tipo, que se produjo entre los años 2010 y 2015. El azote de la droga, propinado por las prescripciones médicas excesivas, los opiáceos sintéticos y la heroína, ha alcanzado los niveles de epidemia. Entre otros, la DEA tiene en su punto de mira el fentanilo, el opiáceo que puede ser 50 veces más potente que la heroína.
El consumo de cocaína aumentó «significativamente» en los últimos años en el país, mientras que las muertes por sobredosis de heroína se dispararon en el último lustro, al mismo tiempo que crecía la producción potencial de esa droga en México, según un informe publicado por la DEA.
En él se destaca que la producción potencial de heroína se triplicó entre 2013 y 2016 en México debido en parte a «una reducción» en la erradicación de la amapola, mientras que el consumo de cocaína proveniente de Colombia aumentó «significativamente» en los últimos años en EEUU, informó hoy la DEA.
Además, el informe revela un «alarmante» aumento en el número de muertes relacionadas con la sobredosis de heroína en el país, con un aumento de 328 % entre 2010 y 2015, hasta alcanzar un récord de 12.989 fallecimientos ese último año, eso teniendo en cuenta que «hasta el 30%» de los decesos por el consumo de esa droga no llegan a contabilizarse como tal».
El 93 % del total de la heroína incautada y analizada por la DEA en 2015 provenía de México, según el informe, y la segunda fuente de suministro de esa droga es Colombia, seguida del suroeste asiático.
«Estados Unidos ha registrado un auge significativo en la disponibilidad de heroína en los últimos 7 a 10 años», lo que se debe en parte a «los rápidos aumentos en la producción de heroína en México» desde 2015, que han garantizado «un suministro fiable» a bajo costo pese a haber más consumidores, indica el informe.
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«Los cultivos de amapola del opio en México han aumentado significativamente en los últimos años, y alcanzaron 32.000 hectáreas en 2016, con una producción potencial pura estimada de 81 toneladas métricas de heroína. Esto es más del triple de la cantidad potencialmente producida en 2013» (26 toneladas métricas), señala.
La DEA atribuye esa tendencia a dos factores: «una reducción en la erradicación de (cultivos de) amapola en México» y la decisión de los carteles mexicanos de «centrarse más en el tráfico de heroína». El informe sin embargo no especifica si esa supuesta reducción en la erradicación se debe a un cambio de política del Gobierno mexicano, a una menor efectividad de sus esfuerzos o a otros factores.
Aunque el principal método de los carteles para hacer llegar las drogas a EE.UU. sigue siendo ocultarlas en vehículos de pasajeros o disolverlas en líquidos, sus técnicas se han diversificado hasta recurrir incluso a drones que cruzan la frontera, o a túneles subterráneos (entre 1990 y 2017 se descubrieron 231 de ellos).
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En cuanto a la cocaína, la DEA estima que en 2015 hubo 1,9 millones de usuarios de esa droga mayores de 12 años, un «aumento significativo» respecto a los 1,53 millones registrados en 2014.
«Esto marca un cambio respecto a la tendencia anterior, de niveles más bajos en las estimaciones de usuarios entre 2009 y 2013», dice el informe.
Las muertes por sobredosis de cocaína en Estados Unidos aumentaron 25,2 % entre 2014 y 2015, cuando se registraron 6.784 fallecimientos por ese motivo, la cifra más alta desde 2006.
La DEA pronostica que la disponibilidad y el consumo de cocaína, que «aumentaron entre 2015 y 2016», seguirán creciendo «a corto plazo», y achaca esa tendencia a «niveles elevados de cultivo de cocaína y producción potencial pura en Colombia», de donde proviene el 92 % del total de esa droga incautada en Estados Unidos.
En 2016, los cultivos ilícitos de coca en Colombia alcanzaron la cifra récord de 188.000 hectáreas, con una producción potencial de cocaína de 710 toneladas métricas, según la Casa Blanca.
La DEA reconoce que «las implicaciones a largo plazo del proceso de paz colombiano» en el narcotráfico «son inciertas», pero estima que «los cultivos de coca en Colombia se expandirán probablemente en 2017, debido en parte al auge en los beneficios para los agricultores», que aumentaron «más del 120 % entre 2012 y 2016».