A 1.500 kilómetros de Cataluña, una pequeña isla inglesa también reclama su independencia. Canvey Island, de 40.000 habitantes, al norte del estuario del Támesis, quiere romper su relación con el continente.
Todo empezó la semana pasada en una reunión pública sobre un proyecto para destruir un salón de eventos y sustituirlo por viviendas, a petición de la mancomunidad de municipios, el consejo de Castle Point. Éste agrupa Canvey Island y sus vecinos Benfleet, Thundersley y Hadleigh, situados en el «continente», al otro lado del Támesis.
Otro proyecto «injusto» para Dave Blackwell, el líder del partido independentista de Canvey Island (CIIP). «Estamos hartos de estar vinculados al ‘continente’ y que el ‘continente’ tome las decisiones en nuestro lugar», se indigna.
El septuagenario ha iniciado una protesta y anunciado una petición para organizar un referéndum con el fin de abandonar Castle Point. «Si el referéndum se celebrara mañana, el 80% de la gente estaría a favor de la independencia», asegura este padre de cuatro hijos.
Entre los habitantes, Sue Thomas, dueña del Sue’s cafe, cree que la independencia sería positiva para la gente de Canvey, «para que al fin pueda tomar decisiones por su cuenta y tener algo que decir sobre lo que ocurre».
«¡Es una muy buena idea!», abunda Dave Taulor, de 74 años, mientras come un plato de tocino con champiñones. «El dinero se gastará en Canvey y no en otro lugar», asegura.
Entre la población todos tienen una opinión sobre la mejor forma de utilizar el dinero: una tercera carretera para unir la isla al «continente», un sistema de drenaje para proteger la isla de las inundaciones, más baños públicos en las playas, etc.
Algunos recuerdan con nostalgia la época gloriosa en que Canvey Island tenía su propio consejo local, antes de que se uniera al de Castle Point, creado en 1974.
Mini-Brexit
El partido independentista es una verdadera fuerza política en esta lengua de tierra muy apreciada por los londinenses, situada a 40 minutos de tren de la capital. Esta formación tiene nueve de los 11 consejeros municipales, y 15 consejeros locales de los 18 representantes de la isla en la mancomunidad de Castle Point.
«Creé el partido hace 14 años, siempre hemos militado por la independencia, y el movimiento ha ido creciendo. Hoy la gente está harta de los partidos tradicionales y quiere decidir sobre su futuro», se alegra Dave Blackweel.
¿Ha llegado hasta su territorio el viento de rebeldía de Cataluña? «Ambos queremos el derecho a la autodeterminación», dice Blackwell, pero no hay nada más que comparar. «Cataluña quiere separarse del país, nosotros no. Y no haremos venir a la policía antidisturbios hasta aquí, eso está claro».
Para el líder de los independentistas, el deseo de emancipación de sus conciudadanos se debe sobre todo a la «mentalidad local». «La gente no quiere ser gobernada por otros», los habitantes «son rebeldes» pero «pacíficos y muy afables».
Canvey Island ya votó de forma mayoritaria a favor de la salida de Reino Unido de la Unión Europea en el referéndum de junio de 2016.
Colin Riley, que dirige la mancomunidad de Castle Point, lamenta esas ansias separatistas en un momento en el que «todos los consejos sufren presiones presupuestarias cada vez más fuertes y buscan formas de trabajar juntos».
Para Blackwell, cuya cara apareció en los medios nacionales e incluso en la televisión española, esta situación ya es una victoria. «Antes, nadie sabía situar Canvey Island en un mapa, ¡ahora saben hacerlo!», se jacta.