Son tan ricas, pero es cierto, hacen mal. Por eso el gobierno portugués le declaró la guerra a las papas fritas y otros productos salados y les impondrá un nuevo impuesto, según el borrador de los Presupuestos del Estado de 2018.
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La medida se aplicará sólo sobre las galletas, pastas, patatas fritas y cereales que contengan al menos 1 gramo de sal por cada 100 gramos de producto y supondrá un aumento en el precio de 0,8 céntimos por kilo (algo así como 59 pesos chilenos).
Este nuevo gravamen está ligado a los programas para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades que coordina la Dirección General de Salud portuguesa.
El Ejecutivo portugués ya introdujo a principios de 2017 un impuesto sobre las bebidas azucaradas que varía entre los 8 y 16 céntimos por litro ($59 a $118), en función del nivel de azúcar del producto, y del que quedaron exentos los jugos.
El borrador de los Presupuestos de 2018 incluye además una nueva subida de precio para las bebidas azucaradas de hasta el 1,5%, dependiendo de su nivel de azúcar.
Los impuestos sobre las bebidas alcohólicas también sufrirán un aumento, del 1,5% en el caso de la cerveza y del 1,4 % para las bebidas espirituosas, licores y vinos espumosos.