Le han declarado la guerra a los «torniquetes mariposa» del Transantiago. Tanto pasajeros como conductores de este servicio miran con recelo el anuncio del Ministerio de Transportes respecto a instalar 600 nuevas barreras de aquí a final de año, todo con el objetivo de evitar la evasión. Esta promesa ya desembocó en un recurso de protección interpuesto por el abogado Cristian Norambuena y ahora serán los mismos choferes quienes lo imitarán.
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Así al menos lo informa a Publimetro el presidente del Sindicato de Trabajadores de Alsacia (Simtal), Rodolfo Cid, quien manifiesta que «estamos estudiando la fecha, pero entre el jueves o el viernes se realizará esta acción».
Esos torniquetes son discriminadores»
Los conductores se contactaron con el abogado Claudio Rivera Canihuante, quien además colabora con la Central Autónoma de Trabajadores (CAT), y con su asesoría procederían a esta acción judicial que replicaría lo hecho por el abogado Norambuena.
«Esos torniquetes son discriminadores: una persona que es gorda no se puede subir y retrasa el proceso. Tenemos que esperar a que intente pasar y cuando no puede, hay que esperar a que se baje, hay que abrirle la puerta de atrás y en esa pasada, se suben hasta como diez personas que no pagan», denuncia el líder de los conductores.
El representante de los choferes asegura que las barreras «son medidas parche, que se hacen a la rápida y no tienen ningún impacto en reducir la evasión» pues siempre hay formas de no validad, teniéndolos o no, insiste.
Torniquetes «discriminadores»
Tal como había anunciado a través de Publimetro, el pasado martes 12 de septiembre el abogado Cristian Norambuena estampó un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Santiago, para evitar que los torniquetes mariposa sigan instalándose en los buses del Transantiago.
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El escrito, que representa a cinco personas en particular -incluyéndose-, califica la medida gubernamental como “a todas luces discriminatoria”.
“Es arbitrario, pues no tiene justificación lógica, no responde a principios dictados por la razón, es producto de un mero capricho del recurrido (Ministerio de Transportes) y se justifica sólo en la improvisación”, señala el recurso.
“Las personas delgadas, que viajan solas, sin niños, las que no están embarazadas ni son adultos mayores, no tienen ningún problema de acceder a los buses; no así los recurrentes, las personas con alguna discapacidad, mujeres embarazadas, madres con niños pequeños, estudiantes con gratuitas de pasaje, adultos mayores (…) ahora no pueden viajar con tranquilidad y deben exponerse a los riesgos ya señalados”, complementa.
“Es claro que el recurso de protección no es de acción popular, pero obviamente tanto los recorridos como quienes se ven a diario afectados por esta por esta decisión necesitan que el órgano jurisdiccional se pronuncie sobre una medida que a todas luces perjudica a los más vulnerables de nuestra sociedad”, agrega.