Luis Carlos Tomé estaba en clases de inglés, en el Colegio Enrique Rébsamen, cuando se repente la tierra empezó a temblar. Nada pudo detener el feroz sismo que arrasó con todo lo que estaba firme. “Yo estaba en mi clase y empezó a vibrar el suelo, no sonó ninguna alarma, bajamos todos rápido”, relató el nene a un medio local visiblemente consternado por la tragedia.
“Tomé la mejor decisión de mi vida, fue no irme por la izquierda, donde se cayó todo”. Luis, en cambio, corrió a su derecha con algunos de sus amigos y contó que después de bajar las escaleras, una vez en planta baja vio cómo en segundos todo se volvió escombros.“Estábamos abajo y solo vi cómo se cayó toda la escuela, todo el polvo… nos tapamos. Muchos compañeros que conocía, una maestra, fallecieron”,relató entre lágrimas.