En enero de 2010, las periodistas Bernardita del Solar y Loreto Daza publicaron “Piñera: Historia de un Ascenso”, la biografía del entonces Presidente electo que pretendía acabar con la caricaturas que existían en torno a un personaje que llegaba a La Moneda con una atractiva historia política y empresarial. Ahora presentan una segunda edición con detalles sobre su Gobierno (2010-14) y un nuevo título que demuestre la independencia de la dupla en su primera incursión en periodismo de investigación.
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“Le pusimos ‘Biografía no Autorizada’ porque mucha gente pensaba que era un libro encargado, pero nadie nos pagó nada por hacer el libro”, destaca Del Solar, quien recibió a Publimetro en su oficina del Centro de Estudios Públicos (CEP), donde dio cuenta de lo que considera “el retrato más fiel” sobre el hoy abanderado de Chile Vamos.
«Él sabe cómo es el juego y no se deja abatir y contraataca. Ahí está su espíritu de combate y competitivo».
¿Cuáles son las raíces familiares de Piñera?
-El viene de una familia de raíz católica. La mamá era creyente, mientras el papá era un personaje, como un ser humano medio inclasificable (ríe). Es una familia demócrata-cristiana en que los hijos estudiaron en el Verbo Divino. Él dice que es de clase media porque eran tiempos muy distintos. Quizás pertenece a las familias más aristocráticas, pero en el fondo vivían al 3 y al 4. Él tuvo oportunidades porque su padre fue embajador y tenía una red de contactos importantes, además que él es sumamente capaz.
Ustedes resaltan mucho su inteligencia…
-Es una inteligencia fuera de serie. Todo el mundo lo dice. No sólo es inteligente para captar las cosas, también tiene que ver con el ámbito de cosas que es capaz de cubrir, es una persona que sabe de todo.
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En esta nueva edición incluyeron su paso por La Moneda, ¿cómo vivió esta etapa?
-Él quiere ser Presidente porque cree que puede hacer muchas cosas. Pero en esta pasada se dio cuenta que fue mucho más complejo de lo que pensaba. Su período en La Moneda lo hizo aprender que las cosas son más difíciles.
¿Era su obsesión lograr la Presidencia?
-Él se propuso llegar a la presidencia y no descansó hasta que lo logró. Fue dejando muchos heridos en el camino, por su carrera política y actitudes que dejaron a personas por muchos años enojadas con él.
Cuentan variadas anécdotas durante el libro sobre como cae en exageraciones y mentiras… ¿Es mitómano?
-Le gusta adornar los cuentos. A veces se apropia de historias de algunos de sus amigos, pero no diría que es mitómano, más bien exagerado.
¿Cómo describiría su carrera empresarial?
-Él es producto de la época. El sector financiero es uno de los que más se ha desarrollado en los últimos años. Medio país vive gracias a las tarjetas de crédito, fue un negocio muy vanguardista. No ha creado muchas empresas pero ha hecho buenos negocios.
¿Se ha favorecido de la especulación?
-No sé si especulador, pero ha podido descubrir dónde hacer inversiones. LAN ha sido una empresa que creció mucho durante el tiempo en que él invirtió. Tiene muy buen ojo económico.
Se le cuestionan mucho sus límites… Ustedes relatan, por ejemplo, cómo hizo buenos negocios a costa de la crisis subprime.
-A él como candidato se le piden estándares que no se le exigen a otra persona. Cumple la ley pero no siempre es lo que esperas de un candidato. Es estar en el límite, pero se ven feas algunas cosas que son legales pero no bien presentables.
¿Cuál es el rol de Cecilia Morel en su vida?
-Es fundamental, mucho más importante de lo que la gente cree. Ella es su cable a tierra. Es una persona con los pies en la realidad. Ha jugado un rol muy importante, sobre todo en sus años en La Moneda. Allí él aprendió a valorar las habilidades de su mujer. Los atributos que ella tenía para conectarse con la gente. Así como ubicarlo cuando se le arranca la moto con las tallas (sic), que no dejan de ser hirientes o pesadas.
«Efectivamente en un minuto estuvo dudando de ser candidato, no era un show que lo estaba meditando».
¿Y como padre?
-En una primera instancia era un padre que trabajaba mucho, más bien ausente. Nosotros contamos cómo no llegaba a las actividades de sus hijos. La familia que tiene es producto de su mujer. Todos los hijos son bastantes comunes y corrientes, pensando en la cantidad de dinero que tienen.
Lo retratan como muy austero con el dinero…
-Él más que austero es apretado.
¿Cómo ha enfrentado las críticas?
-El tiene cuero duro para todo. Aguanta y pega de vuelta. Él sabe cómo es el juego y no se deja abatir y contraataca. Ahí está su espíritu de combate y competitivo.
¿Crees que está conforme con su vida?
-Lleva 47 años con Cecilia, tiene hijos comunes y corrientes, plata para lo que quiera y ha llegado a los máximos cargos políticos. Sería muy poco agradecido con la vida si no lo fuera. Por eso me parece bien significativo que él quiera ser candidato nuevamente. El Gobierno fue una etapa difícil y dura. La decisión de ir fue compleja y efectivamente en un minuto estuvo dudando de ser candidato, no era un show que lo estaba meditando.