La irrupción de los «guetos verticales» en Estación Central encendió rápidamente las alarmas con respecto al avance inmobiliario en la Región Metropolitana. Más allá del negocio que significa levantar en una cuadra tres o cuatro torres capaces de resistir cada una hasta 1.200 departamentos, desde los municipios no ven con el mismo entusiasmo estas iniciativas.
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De todas formas, pese a que este caso surgió debido a una falta total de regulación en el sector de avenida Las Rejas Norte, las torres con más de 20 pisos no son propias de Estación Central, y pueden ser advertidas en diferentes comunas de la capital. Sin embargo, y en contradicción a la tendencia del mercado de propiedades, desde San Miguel, Ñuñoa y Recoleta -comunas no ajenas a esta realidad- han decidido ir en la dirección opuesta y restringir la altura permitida para nuevas edificaciones.
«En Recoleta no tenemos guetos verticales, porque las alturas actuales no dan para eso. Pero las estamos bajando ostensiblemente para evitar cualquier cosa que se parezca a ello», aseguró a Publimetro el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, quien impulsa una modificación en el plan regulador comunal que apunta en este sentido.
La medida dictamina la imposibilidad de levantar edificios superiores a cinco pisos en el entorno a la avenida Perú, desde Valdivieso al sur, y revierte los 16 pisos que autorizaba la ordenanza correspondiente a 2005. Desde el municipio defienden la modificación al considerarla una forma de «resguardar una zona residencial con tradición dentro de la comuna», en referencia al Barrio Lemus.
La arquitecta y académica de urbanismo en la Universidad de Chile, Viviana Fernández, destaca este tipo de decisiones al considerar que contribuyen a mejorar la viabilidad, la generación de espacios públicos y en disminuir la congestión.
«Por distintas razones se dispara el boom inmobiliario y pasamos de un barrio de 2 pisos a uno de 20. Los cambios deben ser graduales y con una serie de factores que combinados aporten a construir una buena imagen urbana», consideró la experto.
Una mirada distinta tienen desde la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), donde se considera que estas decisiones demuestran la falta de una mirada a largo plazo con respecto a las necesidades que presenta Santiago.
«En la ciudad estamos hablando de 650 mil nuevos hogares. El asunto es dónde los vamos a colocar si están todos restringiendo la altura. Para los vecinos puede ser atractivo, pero qué hacemos con las personas que llegan», aseguró a Publimetro, Pablo Vargas, gerente de Vivienda y Urbanismo de la CChC.