Una catástrofe nuclear, un desastre natural sin precedentes, un colapso económico… son muchas las razones que llevan a los preparacionistas o “preppers” a disponerse para lo peor.
Generalmente hacen acopio de alimentos y de materiales de supervivencia y aprenden cómo hacer frente a todo tipo de situaciones. En EEUU, donde se popularizó el movimiento, los ciudadanos suelen ser más temerosos, con prácticas que van desde armarse hasta los dientes a la construcción de búnkeres. Pero teniendo en cuenta que mundialmente el 14% de la población cree que el mundo va a acabarse, y que Chile es un país muy propenso a desastres naturales, es un fenómeno que no pasa desapercibido en nuestro país.
Algunos creen en teorías apocalípticas, pero la mayoría solo pretende estar listo para sobrevivir a cualquier tipo de catástrofe. Los miembros de este colectivo son muy diversos y conseguimos contactar con dos de ellos en Chile.
-Un estilo de vida-
Juan Carlos Neira es director de la Unidad de Búsqueda, Rescate y Salvamento de la ONG Rescate, y en su tiempo libre, se prepara diariamente, para lo que él denomina el post desastre: “Viví en carne propia lo que es no tener agua un mes, no tener alimentos, tener plata pero no poder comprar porque los supermercados están colapsados”.
En base a lo que vivió tras el terremoto de 2010, y su experiencia como rescatista, este chileno certifica que después de un desastre, vienen muchos días de falta de recursos, y es ahí donde nace su inquietud por el movimiento preparacionista, que según él, es un estilo de vida.
“Para mí es un estilo de vida, si tengo una entrada extra a final de mes, en vez de comprarme ropa, prefiero comprarme un panel solar, el siguiente mes, me compro un deshidratador de hortalizas”, dice.
Almacenar alimentos es como una póliza de seguros. Juan Carlos vive en un campo en la Comuna de Lampa en la Región Metropolitana con un terreno de más de 5 hectáreas, donde cultivan y crian algunos animales. Del 50% de lo que se cosecha, lo hacen conserva y lo deshidratan, cuentan con generadores a combustible, pilas recargables…“aplicamos toda maniobra que pueda hacer que los alimentos los guardemos para un período mínimo de dos años”, asegura.
-“Preparados para lo peor, esperando lo mejor”-
Los preparacionistas disponen de refugios equipados para capear cualquier desastre, es el caso de Jaime Osa, un chileno que forma parte de la ONG “Supervivencia Extrema”, que se preocupa de la prevención, preparación, supervivencia, ayuda humanitaria y rescate si fuera necesario.
“Mucho siempre es poco”, dice Jaime, quien asegura tener una casa de emergencia a 200 kilómetros de Santiago, para evacuar en caso de algún desastre. En la misma tienen agua propia de pozo, generadores de energía, paneles solares, tierra cultivable, y cada uno de los intregrantes de su familia tiene una tarea encomendada en caso de cualquier eventualidad.
Esta tendencia es una manifestación creciente de que a lo largo de nuestra historia, la preparación es fundamental para la supervivencia humana. “Empecé a ver la vida de otra forma, no tan light como el común de las personas, sino que más por el lado de ser autosuficiente y no depender tanto de la sociedad”, sostiene Jaime, quien dice no considerarse un prepper como tal: “soy un superviviente, me adapto a la situación que se pueda presentar”.
Los preppers usan las redes sociales para intercambiar consejos para enfrentar cualquier desastre, de esta manera surgen grupos en Facebook como el de “Supervivencia Extrema”, en el que participa Jaime junto con otros compañeros bomberos, militares, carabineros, médicos, enfermeros, abogados, un abanico amplio para cubrir todas las necesidades, asegura; o el blog de Juan Carlos llamado, “Preparados Ahora”, destinada al mismo efecto.
El principio filosófico del movimiento es que no debes esperar a que los demás solucionen tus problemas, eres tú quién debes solucionarlos por tus propios medios. “Preparados para lo peor, esperando lo mejor”, es el lema que sostiene sus ideales defendiendo una apuesta por la permacultura, “tratar de enseñar a la gente que menos es más, y a no acostumbrase a las comodidades de la vida diaria, porque es voluble”, asegura Jaime, que imparte talleres de supervivencia, prevención y psicología en la preemergencia, con la finalidad de prepar a las personas para sortear de mejor manera las emergencias.