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Hijo de Donald Trump admite que buscó ayuda de Rusia contra Clinton

El hijo mayor del presidente estadounidense Donald Trump admitió el martes haberse reunido durante la campaña electoral de 2016 con una abogada presentada como emisaria del gobierno ruso que podía proporcionar información comprometedora sobre la candidata demócrata, Hillary Clinton.

Esta explosiva revelación constituye un capítulo más en el interminable escándalo sobre la presunta injerencia de Rusia en las elecciones presidenciales, que está siendo investigada por el fiscal especial Robert Mueller y el Congreso.

El presidente Trump emitió una mínima declaración defendiendo a su hijo, Donald Trump Jr., de 39 años -vicepresidente del grupo familiar, heredero y consejero activo de su padre- al que definió como una persona de «muchas cualidades». «Aplaudo su transparencia», agregó.

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Ante su inminente publicación por el diario New York Times, Trump Jr. decidió hacer públicos una serie de correos electrónicos en que muestra su deseo de obtener la información sobre Clinton presuntamente en manos de Moscú.

Pero el gesto empeoró aún más la situación.

Según los mensajes, Rob Goldstone, un abogado vinculado con los negocios de Trump en el pasado, informó el 3 de junio de 2016 al hijo del magnate que ciertas personas en Rusia tenían «documentos oficiales e información que podía comprometer a Hillary» y que ello podía ser «muy útil» para la campaña de su padre.

Goldstone calificó la información «de muy alto nivel y muy sensible». «Pero es parte del apoyo de Rusia y de su gobierno al señor Trump», añadió.

Trump Jr. respondió que estaba viajando en ese momento, pero dejó claro su interés: «Si es lo que me dices, me encantaría».

Inicialmente, el hijo de Trump pretendía agendar una entrevista telefónica, pero Goldstone le sugirió un contacto con el empresario ruso Aras Agalarov para definir los detalles del encuentro.

Finalmente, el 9 de junio se celebró la reunión con una mujer presentada como «abogada del gobierno ruso» en una oficina de la Torre Trump en Nueva York, según los correos electrónicos.

‘No tenía información’

El empresario Jared Kushner, casado con una hija de Trump y consejero del mandatario, y Paul Manafort, quien en ese momento era jefe de la campaña del magnate inmobiliario, también participaron del encuentro.

Trump Jr. explicó que la abogada «no era una responsable gubernamental» y «no tenía información para proporcionar y quería hablar sobre la política de adopción» de niños rusos por parte de familias estadounidenses.

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También intentó distanciar a su padre del asunto, apuntando que no le informó sobre la reunión. «No había nada que contar», afirmó en declaraciones a Fox News.

El abogado del presidente, Jay Sekulov, subrayó en una entrevista a CNN que su cliente no tuvo conocimiento del encuentro de su hijo con la abogada rusa hasta «muy recientemente» y no sabía nada de los correos electrónicos. «El presidente no había visto ni un correo (…) hasta hoy. Quiero que quede claro», afirmó.

Por su parte, la abogada, Natalia Veselnitskaya, negó toda vinculación con el gobierno ruso y aseguró a la televisión MSNBC que nunca tuvo los datos comprometedores sobre Clinton que buscaban Trump Jr., Kushner y Manafort.  «Los querían con ganas», afirmó.

El Kremlin negó conocer a la mujer.

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Trump Jr. dijo divulgar los correos electrónicos que condujeron a la reunión para ser «totalmente transparente», aunque al mismo tiempo dejó en evidencia que accedió al encuentro en busca de informaciones para perjudicar a Clinton.

Y reconoció que «en retrospectiva, probablemente haría las cosas de manera un poco diferente», aunque sin especificar cómo.

¿Traición?

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Las reacciones de indignación no se hicieron esperar.

El influyente senador republicano Lindsey Graham dijo a CNN que Trump Jr. es «nuevo en política» y que «no se puede permitir que un gobierno extranjero contacte una campaña y diga que quiere ayudar».

El senador Tim Kaine, quien fue candidato a vicepresidente en la fórmula con Clinton, consideró que el escándalo ha adquirido tal dimensión que ya podía llegar a un caso de traición.

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«Creo que ya estamos mucho más allá de la obstrucción a la justicia. Esto se está moviendo hacia el perjurio, el falso testimonio y hasta potencialmente la traición», apuntó.

De su lado, el vicepresidente Mike Pence rápidamente buscó distanciarse del escándalo.

Su portavoz Marc Lotter afirmó en Twitter que «no tuvo conocimiento de la reunión. Tampoco está concentrado en las historias sobre la campaña, especialmente aquellas que se refieren a un período anterior al momento en que él se sumó a la campaña».

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