El Ejército de Estados Unidos no contará con transexuales entre sus filas. Así lo ha decidido la Administración de Trump que tiene dudas sobre su capacidad militar. De hecho, el Pentágono ha decidido suspender la orden, que iba a entrar en vigor este domingo, de abrir las fuerzas armadas a las personas transgénero.
El cambio debía entrar en vigor este mes; sin embargo, fue aplazada hasta el 1 de enero por el Pentágono, que además de mantener la prohibición de reclutarlos pidió un estudio para determinar si su ingreso daña la efectividad bélica de las tropas.
El secretario de la Defensa de Trump, el teniente general James Mattis, dijo al respecto: «Desde que estoy en el puesto he enfatizado que el Departamento de Defensa debe medir cada decisión política con un estándar crítico: ¿afectará a la disposición y letalidad de las fuerzas? Dicho de otro modo, ¿cómo influirá en la capacidad militar de defender la nación?».
Según estimaciones del Departamento de Defensa, habría entre 2.500 y 7.000 transgéneros entre los 1,3 millones de uniformados activos.
Se trata de militares que declararon su orientación sexual después de su integración al las fuerzas. Hasta el año pasado, podían ser expulsados de las fuerzas armadas si revelaban sus inclinaciones.
«Hombres y mujeres transgénero estuvieron con nosotros, pese a que a menudo sirvieron en silencio,» en las guerras de los último años, había dicho Carter en 2015.
Trump, por lo tanto, entre nuevos ataques a la prensa, insiste en desmantelar el legado de su antecesor, en este caso contra una medida orientada en su día hacia la integración.La soldado Chelsea Manning, antes Bradley, condenada por filtrar documentos a Wikileaks, o el marine Shane Ortega, nacido niña, son ejemplos de la existencia de personas transgénero entre las tropas estadounidenses.