Si alguien viaja Alemania con un Fidget Spinner, el juguete giratorio que causa furor entre niños de todo el mundo, es probable que las autoridades aduaneras lo requisen.
Solo durante el mes pasado, los agentes del aeropuerto de Frankfurt, la quinta ciudad más grande de Alemania, confiscaron un total de 35 toneladas de Fidget Spinners importados desde China.
¿Por qué? La razón detrás de su decomiso es que estos juguetes son considerados como «peligrosos» para los niños.
«Hemos llevado el material confiscado a las autoridades competentes para que evalúen qué hacer con él», le dijo a BBC Mundo Christine Strass, vocera de la Oficina de Aduanas del aeropuerto de Frankfurt.
«Todavía no sabemos qué ocurrirá con los fidget spinner. Una posibilidad es que acaben siendo destruidos. O puede que sean exportados o que se vean sujetos a nuevas normas, pero eso llevará un tiempo y dependerá de organismos reguladores», advierte Strass.
Según el servicio alemán de aduanas, el fidget spinner, que nació con el propósito de ayudar a niños con autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es un juguete potencialmente «inseguro».