En las últimas semanas se han conocido distintas denuncias de estudiantes en relación con la problemática de acoso sexual, violencia psicológica y de género al interior de los establecimientos educacionales, por lo que se han realizado marchas para hacer visible la problemática, como la ocurrida el pasado miércoles por las calles de Providencia, organizada por alumnas del Liceo 7 de la misma comuna.
Frente a este escenario actual, organizaciones secundarias y universitarias están generando petitorios con las demandas transversales en torno a una educación no sexista, para generar un cambio en el tipo de enseñanza que se imparte hoy en día.
Desde la Confech (Confederación de Estudiantes de Chile), explican que como organización están tratando el tema a través de una coordinación de las distintas secretarías de género de las universidades y ya trabajan en la elaboración de un protocolo.
“Se están recabando casos de abuso y violencia al interior de cada una de las universidades, junto con una propuesta de educación no sexista, que va más allá de parar con el acoso sexual. Creemos que esta demanda pasa del gobierno de turno o de esta reforma educacional, la educación no sexista tiene que ser un principio orientado a todo el sistema de enseñanza”, plantea Sofía Barahona, presidenta Feuc y vocera Confech.
La misma lógica siguen los secundarios a través de sus organizaciones, Cones (Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios) y Aces (Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios), quienes ya están trabajando de forma independiente para abordar no tan sólo casos de acoso sexual, sino que les aquejan problemas de homofobia principalmente en los liceos de hombres o mujeres.
“Nuestras compañeras viven a diario prácticas homofóbicas y machistas desde los profesores y autoridades, que van desde simples comentarios hasta actos que nos parecen violentos y denigrantes y no estamos dispuestas a permitirlo por más tiempo”, asegura Sara Robles, vocera de la Aces.
Desde la organización secundaria proponen tres puntos:
- Colegios mixtos: El tener establecimientos para un sólo género nos parece algo de otra época, debemos ser capaces de convivir de forma natural entre hombres y mujeres al interior de la sala de clases.
- Protocolo de violencia de género: Sabemos que este problema se extiende más allá de los casos del Liceo 7 y el Lastarria, por eso necesario que cada establecimiento tenga medidas tipificadas que no pasen por los manuales de convivencia que ahora no se hacen cargo.
- Capacitación docente: Los actuales profesores y autoridades no tienen dentro de sus prioridades la educación no sexista, pero es fundamental que entiendan el trasfondo de sus palabras y tengan los conocimientos necesarios para enfrentarse a esta realidad para evitar agresiones de forma sistemática.
Estos mismos planteamientos los recoge la Cones, quienes además están trabajando de forma conjunta con el Movimiento por la Diversidad Sexual (Mums), “ya elaboramos un documento que será discutido en un congreso de educación no sexista que se realizará en el mes de junio partiendo en regiones y que culminará en Santiago, donde lo daremos a conocer”, cuenta Francisca Flores, vocera Cones.
Debido a los casos de difusión de imágenes con contenido sexual sin el consentimiento de las víctimas, como lo ocurrido en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, quienes ya activaron los protocolos de denuncias y se están haciendo cargo del problema, la ministra de la Mujer y Equidad de género, Claudia Pascual, aseguró que se hace imperante que los establecimientos educacionales se hagan cargo de estas situaciones.
“Queremos destacar que los centros educacionales como laborales generen espacios y protocolos de prevención para terminar con la violencia en contra de las mujeres, que no pasa sólo por la difusión de imágenes sin el consentimiento, sino que también con violencia simbólica donde nos subvaloran y discriminan, por eso nos estamos haciendo cargo de sancionar con la ley del derecho a una vida libre de violencia que está en tramitación”, manifestó la ministra Pascual.