Después de dos años de ser impactado por el chorro de agua de un “guanaco” de Carabineros, Rodrigo Avilés habló anoche con CHV Noticias sobre las consecuencias que le dejó el golpe en la cabeza producto de la caída. Además, afirmó que la institución no se ha disculpado por el grave incidente que lo tuvo al borde de la muerte.
El 21 de mayo de 2015, el entonces joven universitario y padre de una niña participaba en una marcha en Valparaíso, mientras la Presidenta Michelle Bachelet daba su mensaje a la nación en el Congreso. Un carro lanzaguas de Carabineros dirigió su chorro hacia un grupo de manifestantes, impactó a Avilés y provocó su caída y golpe en el pavimento.
«Ha sido duro, ha sido difícil, ha sido largo, pero sigo porque hay que buscar un cambio», afirmó el joven. «Uno siente rabia, siente indignación, tuve la suerte de no morir (…) Es una rabia que se perdona en la medida que se haga justicia», agregó emocionado Rodrigo, al recordar lo vivido durante estos dos años.
Añadió que ve a Carabineros «como una institución peligrosa frente a la multitud. No tienen criterio sobre cómo actuaron el otro. Eso me da miedo. Yo podría estar muerto».
Agregó además que «han pasado dos años y ni él (el pitonero Manuel Noya Pavis) ni Carabineros se han acercado a mí y al parecer no pretenden hacerlo. Han demostrado que no se arrepienten. Carabineros no ha hecho nada al respecto. Nada».
También informó que una de las consecuencias del golpe fue que quedó con epilepsia, «la cual yo no tenía antes y ahora estoy tratándome. Hay secuelas también físicas las cuales tuve que revertir. Que te operen 5 veces de la cabeza no es algo sutil, tuve que aprender a caminar de nuevo».
Manuel Noya Pavis fue dado de baja y formalizado por el delito de lesiones graves en perjuicio de Avilés. Quedó sujeto sólo a las medidas cautelares de firma mensual y arraigo nacional.