El presidente de Brasil, Michel Temer, está envuelto en un escándalo luego que se dieran a conocer los audios de una conversación con un empresario donde respalda un esquema de sobornos para comprar el silencio del ex presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, según revelaciones publicadas este miércoles por el diario O’Globo.
El 7 de marzo a las 22:30 horas, el empresario y uno de los dueños del mayor frigorífico del país, Joesley Batista, entró en el Palacio de Jaburu, residencia del presidente de Brasil, con una grabadora en el bolsillo.
En una conversación que duró aproximadamente 40 minutos, no hablaron de economía, de exportaciones, de importaciones ni de la inflación. Temer y uno de los empresarios más poderosos de Brasil discutieron sobre la investigación Lava Jato y de sus implicancias.
A tal punto, que en un momento, el dueño de JBS admitió a Temer que estaba entregando dinero al ex presidente de la Cámara de Diputados, quien fue el principal promotor del juicio político que llevó a la destitución de Dilma Rousseff y está condenado a más de 15 años de prisión por corrupción.
Los pagos, con el fin que no se revelara ningún tipo de información que pudiera complicar al jefe de Estado. Temer se mostró satisfecho y aunque disminuyó su tono de voz fue claro:
«¿Tiene que mantener eso (los pagos), vio?»
El pedido fue claro. Temer necesitaba que Batista pagara esas coimas a Cunha para seguir gobernando «sin problemas». Lo que no se dio cuenta el presidente es que iba a ser traicionado por el empresario, que contó todo a la Justicia, en el marco de la acusación.
Pero el diálogo no termina allí. Batista solicita ayuda para resolver algunos problemas de su firma y propone un trato oculto: la empresa pagaba semanalmente casi 160 mil dólares y el gobierno le facilitaba situaciones, como evasión de impuestos o complicaciones diarias de cualquier tipo.
Ante la petición, el mandatario brasileño le recomienda a Batista que hable con Rodrigo Rocha, hombre de confianza de Temer y ex jefe de Relaciones Institucionales de la vicepresidencia y ex ministro de Justicia.
«Hable con Rodrigo Rocha Loures», le dice Temer.
El Senado y la Cámara de Diputados suspendieron sesiones minutos después de que se destapó la noticia, que cayó como una bomba sobre el Gobierno.
La oposición se apresuró a pedir un «impeachment» (moción de censura) contra Temer, quien precisamente llegó al poder como vicepresidente de Rousseff y la sustituyó cuando fue destituida por el Congreso tras un proceso impulsado por Cunha.
«En este momento en que surgen esas grabaciones, este Gobierno no tiene legitimidad para continuar gobernando. Llegó al punto y final. El punto final si no viene por su renuncia, será hecho por esta Cámara y por este Senado a través de un ‘impeachment'», afirmó Carlos Zarattini, diputado del Partido de los Trabajadores (PT).