Dos bombas explotaron este domingo en sendas iglesias coptas del norte de Egipto causando decenas de muertos y heridos en Tanta, al norte de El Cairo, y en Alejandría.
La primera explosión dejó 25 muertos y 78 heridos en la iglesia Mar Girgis de Tanta, a 120 kilómetros al norte de El Cairo, poco antes de las 10H00 (08H00 GMT), durante la celebración del Domingo de Ramos, que da inicio a la Semana Santa cristiana.
El ataque se produjo en el interior de la iglesia, «en las primeras filas, cerca del altar, durante la misa», precisó a la AFP el general Tarek Atiya, adjunto del ministro del Interior encargado de las relaciones con la prensa.
El balance de víctimas empeoró rápidamente, pasando de los 13 muertos anunciados en un primer momento a 25 muertos y 78 heridos, según el ministerio de Salud.
Unas imágenes difundidas por el canal de televisión privado Extra News mostraban el suelo y las paredes blancas de la iglesia cubiertos de sangre, así como bancos de madera destrozados.
Los servicios de seguridad inspeccionaron los alrededores del templo para asegurarse de que no hubiera más artefactos explosivos, dijo el general Ahmad Deif, gobernador de Gharbia -cuya capital es Tanta- a la televisión Nile News.
Según él, todavía se desconocía la naturaleza del atentado. «O bien fue una bomba situada en el interior de la iglesia, o alguien se hizo explotar», indicó.
Horas después, otra explosión dejó 11 muertos y 35 heridos en la iglesia de San Marcos en Alejandría, según indicó el ministerio de Salud.
El papa copto Teodoro II, que había asistido a las celebraciones del Domingo de Ramos en esa misma iglesia por la mañana, abandonó el templo antes de la explosión, según informó su secretario personal.
Ataques sangrientos
El primer ministro Sherif Ismail condenó el atentado de Tanta e insistió en «la determinación del Estado para erradicar semejantes actos terroristas y eliminar de raíz al terrorismo».
Al Azhar, la prestigiosa institución del islam sunita con sede en El Cairo, también condenó ese ataque. «El objetivo de este cobarde ataque terrorista es desestabilizar la seguridad y la estabilidad de nuestro Egipto, y la unidad del pueblo egipcio, lo cual exige que todos los integrantes de la sociedad permanezcan unidos», aseguró.
Las explosiones de este domingo ocurrieron algunos días antes de una visita del papa a Egipto, los próximos 28 y 29 de abril. «A mi querido hermano, su santidad el papa Teodoro II, a la iglesia copta y a toda la querida nación egipcia expreso mi profundo pesar», dijo el papa Francisco durante la oración del Ángelus tras enterarse de lo ocurrido.
El 11 de diciembre, un kamikaze mató a 29 personas en la iglesia copta de San Pedro y San Pablo en El Cairo. Tras reivindicar aquel acto, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) había llamado a perpetrar ataques contra «los infieles o apóstatas en Egipto y en todas partes».
Con el atentado de El Cairo, se multiplicaron los llamamientos a endurecer la lucha contra el movimiento yihadista en Egipto, sobre todo en el Sinaí donde llevó a cabo una serie de ataques sangrientos contra las fuerzas de seguridad.
El ejército egicpio anunció el 2 de abril que había matado en un bombardeo a Abu Anas al Ansari, uno de los miembros fundadores de la rama local del EI, Ansar Beit al Maqdes.
Ese grupo había reivindicado un atentado con bomba contra un avión ruso que se estrelló el 31 de octubre de 2015 con 224 personas a bordo, tras despegar de la ciudad balnearia egipcia de Sharm el Sheij.
Los coptos ortodoxos de Egipto representan la comunidad cristiana más numerosa de Oriente Medio y una de las más antiguas. Sus miembros dicen ser víctimas de discriminaciones en todo el país por parte de las autoridades y la mayoría musulmana.