El Parlamento escocés, liderados por los nacionalistas, votará este miércoles si reclama un segundo referendo de independencia, en el contexto de iniciación del ‘Brexit’ de Reino Unido con la Unión Europea (UE).
Si los diputados verdes apoyan la solicitud de la primera ministra regional Nicola Sturgeon, la demanda prosperará y el gobierno de Theresa May tendrá que decidir si concede el segundo plebiscito de independencia de la región del norte.
La demanda escocesa abriría un nuevo frente para Londres, una semana antes de que May de inicio al proceso de salida de la UE con la invocación, el 29 de marzo, del Artículo 50 del Tratado europeo de Lisboa, que dará pie a dos años de negociaciones sobre los términos del divorcio.
«Que el gobierno británico impidiera que Escocia tenga la palabra, sería, en mi opinión, equivocado, injusto y profundamente insostenible», dijo Sturgeon, que alega que el referendo permitiría a los escoceses tener la opción de seguir vinculados a la UE.
Si bien May no ha llegado a afirmar que impedirá el plebiscito, sí se opone a que se celebre en el plazo que quiere Sturgeon, entre finales de 2018 y principios de 2019, porque la perspectiva de una ruptura tendría un impacto negativo en las negociaciones de divorcio con la Unión Europea.
«El pueblo de Escocia aprobó en 2014 seguir formando parte del Reino Unido. El pueblo británico aprobó el año pasado abandonar la UE. Respetamos ambas votaciones. Él no respeta ninguna», afirmó este miércoles May en el Parlamento, hablando de un diputado nacionalista escocés.
Escocia rechazó la independencia en el referendo de septiembre de 2014 (55%-45%), pero el Partido Nacional Escocés (SNP) de Sturgeon cree que la salida de la UE contra el parecer de la mayoría de los escoceses requiere que éstos se pronuncien de nuevo sobre su alianza con el resto del Reino Unido -Inglaterra, Gales, e Irlanda del Norte.
May acusó el viernes al SNP de librarse a un «nacionalismo obsesivo y divisivo», y defendió la «preciosa unión» que sostiene al país.