El salario medio de un hombre blanco en Brasil supera en casi 500 dolares al sueldo medio de una mujer negra, lo que evidencia las diferencias de género y raza que aún existe en el país suramericano, según un estudio divulgado por un instituto de investigación vinculado al Gobierno.
«La mayor parte de los indicadores muestran una jerarquía estancada, en la cual la cima es ocupada por los hombres blancos y en la base están las mujeres negras», apuntó el documento del Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (Ipea).
En 2015, el salario medio de un adulto blanco era de 2.509,7 reales (unos US$ 805) frente a los 1.027,5 que recibía una mujer negra (unos US$ 330).
A pesar de la abultada cifra, la brecha entre estos dos perfiles se redujo notablemente entre 1995 y 2015, que es el periodo que abarca el estudio titulado «Retrato de la desigualdad de Género y Raza».
En 1995, la mujer percibía un sueldo mensual medio de 570,3 reales (unos US$ 183), frente a los 2.262,6 (US$ 726) de un trabajador masculino y blanco.
Proporcionalmente, el rendimiento obtenido por el colectivo femenino negro se revalorizó un 80% comparado con el de los hombres blancos, que creció el 11 %.
No obstante, el poder adquisitivo por género y raza no ha cambiado durante las dos últimas décadas. El hombre blanco sigue siendo el que más dinero recibe, seguido de la mujer blanca. En los últimos lugares se encuentran los varones y las hembras de color.
El informe subraya que cerca de la mitad de las mujeres brasileñas en edad activa no trabaja y que el empleo doméstico continúa entre a la cabeza de las actividades remuneradas para este colectivo.
Un 18 por ciento de las mujeres negras que trabajan y un 10 por ciento de las blancas se desempeñan como empleadas domésticas.
«Las barreras para que las mujeres entren en el mercado de trabajo se muestran presentes a pesar de los avances de las últimas décadas. Los últimos veinte años parecen indicar que las brasileñas alcanzaran un ‘techo’ de participación difícil de ser superado», afirma el informe.
Para aquellas que deciden buscar un trabajo también es más difícil, pues la tasa de paro femenina era del 11,6 % en 2015, por el 7,8 % que afectó a los hombres.
Para las mujeres negras con estudios medios, completos o incompletos, la tasa de desempleo fue del 17,4 % en 2015.