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2016 y los derechos humanos: materia reprobada según Amnistía Internacional

El documento señala que la sola elección de Donald Trump como presidente de EEUU ya marca de forma patente esta “retórica contraria a los derechos, racista y discriminatoria”, sobre lo que la organización expresó especial inquitud, ya que su figura ilustra una tendencia global “más airada y divisiva de hacer política”, y bajo el “riesgo de efecto dominó” en otros países, advierte.

 

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“Las decisiones que se están tomando, ya sea la construcción de un muro en la frontera con México, o la aceleración de la expulsión de inmigrantes ilegales, va a tener repercusiones sobre millones de personas”, alerta Geneviève Garrigos, responsable de la región de las Américas de AI.

Esta retórica no ha sido sólo utilizada por Trump, Amnistía también arremete contra el presidente filipino Rodrigo Duterte, el turco Recep Tayyip Erdogan y el húngaro Viktor Orbán, quiénes “tienen una agenda tóxica que persigue, convierte en chivos expiatorios y deshumaniza grupos enteros de personas”, lo que les transforma en potenciales blancos de violencia.

 

Estamos en un año movido electoralmente hablando, con encuentros electorales en todo el mundo, como en Francia, Alemania, Holanda, incluído Chile, y “los años electorales son terreno fértil para caer en la trampa del discurso político del miedo y el odio para ganar votos”, lo que tiene un impacto cada vez mayor en las políticas y medidas que se adoptan, sostiene Ana Piquer, directora ejecutiva de Amnistía Internacional en Chile.

  1. Amnistía Internacional: El discurso de los líderes políticos ha dañado el estado de los derechos humanos en el mundo

En el informe se registra, no sólo un retroceso global en materia de derechos humanos sino también un peligroso debilitamiento de la respuesta internacional ante las atrocidades masivas: en 2016 los gobiernos hicieron la vista gorda ante crímenes de guerra, impulsaron acuerdos que menoscaban el derecho a solicitar asilo, aprobaron leyes que violan la libertad de expresión, dando la espalda a las personas refugiadas y migrantes.

“Los límites de lo que se considera aceptable ha cambiado. Los políticos legitiman desvergonzadamente y activamente todo tipo de retóricas y políticas de odio basadas en la identidad de las personas, como la misoginia, el racismo y la homofobia”, afirma Salil Shetty secretario general de Amnistía Internacional.

Y añade: “Cuando las personas dejemos de vernos unas a otras como seres humanos con los mismos derechos, empezaremos a precipitarnos en el abismo”, en lo que se deviene un “orden mundial más agresivo y belicoso”.

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América Latina

 

En concreto, América Latina fue una vez más en 2016 una de las regiones más violentas y desiguales del mundo, a pesar del discurso democrático y la esperanza de que terminara en Colombia el último conflicto armado del continente.

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El crecimiento de la violencia ha motivado que se levanten “muros” a las libertades, simbolizados en el que quiere construir Trump con México.

En ese sentido Amnistía alertó de la inquietante situación de los refugiados centroamericanos que huyen de la violencia en sus países y que son “frecuentemente olvidados”.

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También se critica la negativa a reconocer la crisis de derechos humanos en países como México, -donde hay denuncias de desaparición de casi 30.000 personas, miles de muertos por operaciones de seguridad, miles más de desplazados por la violencia-, y Venezuela, donde la grave crisis humanitaria y económica ha producido un rápido aumento de la delincuencia y constantes violaciones de derechos humanos, además del silenciamiento de la disidencia.

 

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El incumplimiento de los derechos también quedó patente en la amplia brecha de desigualdad sustentada por la corrupción y la falta de rendición de cuentas, afirma el informe, en el que también se nombra la violencia de género, muy extendida en la región, como “uno de los fracasos más deplorables de los Estados en las Américas”, teniendo en cuenta los datos que reveló en octubre la Cepal(Comisión Económica para América Latina y el Caribe) donde se estipula que fueron asesinadas diariamente 12 mujeres y niñas por motivos de género.

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El año 2017 será de resistencia

 

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La cuestión fundamental que se plantea es a qué extremos va a dejar el mundo que lleguen las atrocidades antes de tomar medidas contra ellas.

 

Frente a este escenario, Amnistía llamó a todos a movilizarse: “El año 2017 será de resistencia y nuestras esperanzas están puestas en el pueblo”, dice Shetty.

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La solidaridad global y la movilización popular serán de especial importancia para proteger y defender los derechos humanos de las personas: “Allá donde fracasan los líderes, la gente debe luchar contra la política de la deshumnización, afirma.

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