El apellido y nombre de uno de los hombres más poderosos del globo, el presidente estadounidense Donald Trump, pero sobre todo el de su hija Ivanka, se han popularizado en China, donde numerosas empresas buscan hacer negocio con marcas relacionadas con ambos.
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Hasta ahora, más de veinte firmas del país han presentado un centenar de solicitudes para registrar sus negocios bajo el nombre de «Trump» o «Ivanka Trump», la hija del mandatario.
Si hoy se busca en la base de datos de la Oficina de Registro de Marcas de China, uno puede encontrar al menos cien entradas referidas a marcas que quieren salir al mercado como «Trump», «Ivanka Trump», «Donald Trump» e incluso «Reina Ivanka Trump».
En el caso de las solicitudes con el nombre de la hija del presidente, la búsqueda lleva a negocios centrados en el cuidado de la salud, tratamientos de belleza o tiendas de ropa, mientras que en el caso de marcas que buscan presentarse con el nombre del mandatario, éstas se centran en actividades relacionadas con la construcción, la agricultura y hasta la investigación médica.
La marca «Trump» se ha popularizado desde la llegada del magnate a la Casa Blanca, aunque alguna que otra empresa del país ya había decidido utilizar este nombre y desde hace tiempo se venden purificadores de aire e incluso retretes inteligentes y preservativos con el apellidos del presidente de EEUU.
No obstante, muchos de los negocios con el apellido del presidente no podrán ponerse en marcha si se dedican a la construcción, pues este mes las autoridades chinas de la propiedad intelectual anunciaron que la organización Trump será la única entidad que pueda levantar edificios con ese nombre.
En la base de datos oficial, además, aparecen también las solicitudes presentadas por el propio Donald Trump en marzo de 2016 -aún pendientes de confirmación- para desarrollar nuevos negocios en China relacionados con el golf, la construcción o la investigación de productos químicos.
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También su hija presentó en la misma fecha los documentos necesarios para hacer negocios en el país asiático, en su caso, para exportar su línea de ropa y, por el momento, también continúa a la espera de la autorización del Gobierno.
El recurso de utilizar nombres de personalidades extranjeras es habitual en China, aunque en algunos casos suele llevar a conflicto, como ocurrió con la leyenda del baloncesto Michael Jordan, enfrascado en un proceso judicial durante años para retener el control total o parcial de su nombre como marca en China.