La incineración masiva de plantas de marihuana decomisadas en la zona centro del país, producto de los allanamientos policiales, podría llegar a su fin. Así lo explicó a Publimetro Julio Ibarra, ex Gobernador de Cardenal Caro, quien en conjunto con un equipo jurídico, presentará una iniciativa para modificar el artículo 41 de la Ley 20.000 que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, conocida como «Ley de drogas». La idea concreta de la autoridad es que las matas de cannabis sativa, que actualmente son destruidas por orden de las fiscalías tras una investigación judicial, puedan ser donadas en su totalidad, o parte de ellas, a fundaciones, hospitales y farmacias populares para usos medicinales.
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Actualmente, la «Ley de drogas» dispone que la marihuana incautada sea entregada a la autoridad sanitaria en un breve plazo de 24 horas, ampliable en forma muy excepcional por un plazo adicional de 48 horas. Además, encarga al Servicio de Salud que proceda a la destrucción de las matas en un plazo de no más de 15 días, separando previamente las muestras para los análisis y pericias químicas necesarias para los procedimientos que sigue la Fiscalía en la persecución de los delitos.
«Se trata de que quiénes deben cultuvarla por fines médicos, que es lo permitido, puedan ahorar costos de producción, hacer más eficientes las acciones de los servicios públicos y a la vez, lograr la producción de las medicinas que ya se sabe fehacientemente que pueden ser logradas a partir de la cannabis sativa», agregó Ibarra.
Para lograr lo anterior, sólo habría que introducir una modificación al artículo 41 de la Ley 20.000:
Proyecto de Ley:
Artículo único: Agregase al actual artículo 41 de la Ley 20.000, los siguientes incisos cuarto y quinto:
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“El Ministerio de Salud, dictará un Reglamento que indicará cuales sustancias sujetas o controladas por esta Ley, pueden eventualmente ser utilizadas para producir determinados medicamentos útiles para la salud pública y asimismo, regulará los servicios públicos o privados sin fines de lucro que tengan las capacidades técnicas suficientes para tales producciones.
Autocultivo
Fundación Daya, conocida en Chile por impulsar el primer cultivo legal de cannabis medicinal en Latinoamérica en conjunto con la Municipalidad de La Florida, valoró la iniciativa de brindarle otro uso a la marihuana decomisada por la policía uniformada. Sin embargo, tal como explicó Alejandra Ahumada, directora técnica del organismo, cabe precisar que para que las plantas puedan ser utilizadas con fines médicos, requieren ser cuidadosamente analizadas.
«Con el autocultivo, por ejemplo, sabemos qué semillas se utilizaron, cómo fue el proceso de cuidado, con qué agua fue regada, etc.. En cambio, con las plantas de los decomisos, muchas veces, no hay ni seguridad ni certeza en el proceso utilizado, porque no cuentan con estos cuidados especiales. La idea es crear aceites para fármacos con plantas sin químicos, sin metales pesados», comentó Ahumada. Por tal motivo, en la Fundación, prefieren el autocultivo en los pacientes, siempre pensando en obtener un producto más sano y orgánico.
Ahumada explica que una situación similar de inseguridad frente al producto se produce en el mercado negro. «Algunas personas compran aceite de marihuana, o plantas, pero no conocen su proceso de elaboración o si realmente tienen las propiedades que requiere. Nosotros aconsejamos, por lo mismo, la autonomía en el cultivo».
Fundación Daya obtuvo por tercer año consecutivo permiso de siembra de cannabis con fines de investigación para aplicación clínica. El nuevo permiso, emitido por el Servicio Agrícola y Ganadero del Maule, tiene por finalidad la investigación y desarrollo de fitofármacos y ungüentos de uso tópico para realizar estudios clínicos para afecciones de la piel y trastornos del sueño y así determinar su eficacia y seguridad.
«Hemos avanzado mucho pero aún falta. Seguimos luchando por defender los derechos de los usuarios que cultivan, de los procedimientos policiales. Muchas veces les quitan sus matas y después investigan, cuando debería ser al revés, que primero se investigue antes de quitar las plantas a personas que realmente las necesitan», comentó Ahumada.