Desde las primeras horas de la madrugada y hasta entrada la noche, durante los últimos siete días, 30 brigadistas colombianos se han entregado en una lucha cuerpo a cuerpo contra el fuego que está consumiendo desde hace tres semanas pueblos enteros en el centro y sur de Chile.
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En una misión ordenada por el presidente colombiano Juan Manuel Santos, por pedido expreso de la presidenta Michelle Bachelet, la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo y Desastres de Colombia (Ungrd) y el Cuerpo de Bomberos de Bogotá coordinaron esfuerzos y viajaron a Chile desde el pasado 25 de enero para apoyar las labores de rescate y extinción del fuego en un incendio cuya magnitud supera lo visto en América Latina.
“En realidad, una situación así no se había vivido nunca en Latinoamérica. Incendios de estas magnitudes son recurrentes en Estados Unidos o Australia, pero nunca habíamos visto en nuestros países una situación así de crítica”, explica William Tovar, asesor de la Ungrd y responsable de la misión rescatista que llegó de Colombia.
Un avión 767 de la Fuerza Aérea Colombiana transportó al equipo que conforma esta misión, y que trajo consigo un cargamento de 10,5 toneladas de equipamiento de última tecnología para hacerle frente a la catástrofe. El grupo colombiano se instaló en la ciudad de Concepción, en la región del Biobío, y con su labor ha podido controlar el incendio, con sus impresionantes llamas de más de 30 metros de altura, en 129 hectáreas en zonas como Palomar y Las Pataguas.
“Contamos con diversos equipos: sistemas de aguas para el control de los incendios, herramientas de todo tipo, equipos tecnológicos, sistemas de información geográfica que nos permiten determinar con exactitud los puntos en los cuales se están presentando los incendios y nos permiten, de igual manera, determinar los polígonos de afectación. Contamos con equipos satelitales para comunicaciones, sistemas de GPS y todos los recursos necesarios para desarrollar nuestra labor”, agrega William.
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Tovar, un arquitecto, especialista en gerencia de proyectos y quien tiene más de 20 años de experiencia en contingencia de desastres, incluyendo apoyo en catástrofes como el terremoto de Haití en 2010 y el de Ecuador el año pasado, afirma que es lamentable la situación por la que están pasando centenares de familias chilenas.
“De las cosas más difíciles que hemos encontrado son las viviendas que se encuentran en estos territorios afectados por los incendios y no poder lograr salvarlas. Afortunadamente no hemos tenido que lidiar con pérdidas humanas, pero ha habido un enorme daño ambiental y la verdadera magnitud de la tragedia aún no se puede dimensionar”, recalca Tovar.
Ver a la gente cómo nos pide auxilio una vez que llegamos a los sitios donde está el incendio es desgarrador».
El panorama es desolador. Según las cifras más recientes de Onemi, Hay 11 fallecidos, 3.810 personas han resultado damnificadas por la tragedia, de las cuales más de 1.100 se encuentran en albergues, mientras que, hasta el momento, 1.103 viviendas, han quedado completamente destruidas. A pesar de los máximos esfuerzos que hacen cuerpos de rescate como el colombiano, las cifras tienden a aumentar.
“Las condiciones climatológicas, en general son un factor que juega en contra. Los vientos cambian mucho de dirección y la topografía es agreste y compleja. Tiene muchas pendientes y esta llena de valles por los cuales se propaga el incendio. Adicionalmente, la radiación aquí es mucho más intensa que en Colombia y todas estas situaciones dificultan la operación y la hacen más compleja”, explica.
Con las mangueras prendidas en su máxima potencia, en este momento el equipo colombiano está concentrado en evitar que las llamas puedan consumir más ciudades y están enfocando sus esfuerzos en las estructuras.
“Nuestra labor se ha concentrado aquí en la octava región, en Concepción. Estamos trabajando en la protección de las edificaciones y de los residentes del sector, y llevando actividades de ataque directo o indirecto con herramienta y sistemas de agua. Hasta el momento, hemos logrado salvaguardar nueve”, dice Tovar.
Según afirma, el hecho de que la catástrofe no esté amenazando directamente las vidas de los pobladores facilita su labor, mientras que las muestras de cariño y agradecimiento de parte del pueblo chileno no se han hecho esperar.
“El pueblo chileno nos ha recibido de forma muy amable. Han estado atentos a todos los requerimientos que podamos tener. Hemos recibido muchas muestras de afecto y de agradecimiento muy sinceras de su parte. Estamos muy cómodos aquí y eso ha facilitado que podamos desarrollar nuestra labor de la mejor manera posible”.
Por ahora, la brigada de rescate colombiana estará en Chile hasta el próximo 08 de febrero, pero están dispuestos a permanecer aquí el tiempo que sea necesario, con tal de salvaguardar vidas.
“Aquí vamos a continuar de acuerdo a las asignaciones que nos dé la Conaf, llevando a cabo las acciones necesarias. La coordinación la llevamos a cabo justamente con ellos, que son quienes determinan en qué sitios debemos ubicarnos para desarrollar las labores propias. Por supuesto, si llega a haber un requerimiento adicional aquí estaremos dispuestos ayudar”, concluyó.