La capital de Estados Unidos se está preparando para la asunción del cuadragésimo quinto presidente. Uno de los principales signos son las rejas, las que pronto bloquearán las avenidas principales para los desfiles y otros eventos. Hay, además, muchos camiones y baños químicos. Y es entendible, porque más de 5 millones de personas visitarán Washington durante estos días.
Por cierto, hubo una confusa situación con respecto a los baños. La empresa proveedora del servicio se llama Don John. Su logo es visible en las cabinas. Y quizás nadie lo ha notado, pero los que están preparando la ceremonia de dieron cuenta de que el segundo nombre de Trump es John, y Don es la abreviación de Donald. Resultó que el nombre del futuro presidente estaba en todos los biobaños. Así que se ordenó tapar el nombre de la compañía. De todas formas, esto resultó en que la gente se diera cuenta de la coincidencia.
Todos los hoteles y las hospederías de Washington D.C. están ocupadas, mientras que la excitación en la gente se puede sentir en todas partes. Justo al lado del Lincoln Memorial se están instalando pantallas gigantes que transmitirán la ceremonia. Dos de ellas ya tienen el eslogan de campaña de Trump: “Make America great again”.
El ingreso al país
En las tiendas de regalos hay varias cosas relacionadas con Trump: tazones, magnetos y dos tipos de cadenas de llaves. De todas formas, nadie expresa públicamente su amor por el presidente electo. Aunque todos están dispuestos a dar su opinión sobre él, desde los guardias fronterizos hasta los vendedores de teléfonos.
“Mucha gente apoya a Trump. Y no les crean a los que dicen lo contrario”, dice un guardia aduanero mientras revisa mi pasaporte y toma mis huellas digitales. “Y si me preguntas por qué, porque él devolverá todo a la normalidad”.
No tuve tiempo para preguntar qué significa “lo normal”, porque había gran cola para entrar al país.
Dos policías en un parque fueron menos categóricos.
“No tenemos mucho que hacer con Trump, porque nada va a cambiar nuestro trabajo. Hemos estado cuidando este parque y lo seguiremos haciendo”, dijo un hombre negro que se rehusó a ser fotografiado.
Su colega de Irlanda, Lindgren, fue más sociable.
“Trump es un empresario. Tiene experiencia manejando dinero, pero cero experiencia gobernando. Por eso es que es difícil decir cómo será. Pero no podría ser peor”, explica.
“Estoy seguro de que los próximos cuatro años serán interesantes”, dijo John, un misterioso vendedor de celulares. “No puedo decir más porque podría sonar políticamente incorrecto”.
Reacciones de los ciudadanos
Los participantes de la marcha en memoria del famoso defensor de los derechos civiles, Martin Luther King, tenían un ánimo muy distinto. En un área pobre y peligrosa del sureste de D.C. la gente está apenada por el presidente saliente. Los afiches que glorifican a Obama se venden en todas partes y las personas llaman a organizar protestas para la misma mañana de la investidura, pidiendo “parar la agenda de Trump”.
Los asistentes a las marcha por Martin Luther King llevan banderas del “Black lives matter”, pidiendo unidad y terminar con la violencia. En esta área de la ciudad todavía se pueden oír los disparos. Por ejemplo, encontré un pequeño memorial hecho con osos de peluche y corazones inflables.
“Es probable que un adolescente haya sido asesinado aquí”, dice un profesor de una escuela local. “Constantemente ocurren conflictos aquí y hacemos lo posible por que sean menos”.
Los estadounidenses ven el futuro con esperanza. Pero la esperanza es diferente para todos.