De acuerdo al portal mifuturo.cl, ingresar a la Educación Superior no debe ser la meta final, sino sólo el primer desafío. Tan importante como entrar a la universidad, instituto profesional o centro de formación técnica, es mantenerse en la carrera y completar los planes de estudio para alcanzar la gran meta de convertirse en un profesional. En ese sentido, una de las grandes preocupaciones del Ministerio de Educación es la deserción entre los alumnos de primer año.
Según el Servicio de Información de Educación Superior (Sies), de Mineduc, la deserción al primer año alcanza al 28,7%, lo que implica que tres de cada diez estudiantes dejan su carrera al cabo del primer año. Sin embargo, es importante advertir que un número importante de los alumnos no deserta definitivamente del sistema, sino que reingresa en los años siguientes, a otras carreras o instituciones. Un estudio Sies, publicado en 2012, constata que al analizar la cohorte 2008 el 13,4% de los alumnos que desertaron al primer año reingresó al sistema en los tres años siguientes, y que sólo el 17,2% de los jóvenes puede ser considerado desertor más definitivo.
Según lo consigna el portal mi futuro.cl, se estima que las principales causas que llevan a un joven a abandonar su carrera son problemas vocacionales, la situación económica de sus familias y rendimiento académico. Un estudio del Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, publicado en 2008, revela que entre quienes confiesan un problema de vocación, el 35% cambió de carrera y de universidad, el 15% se cambió de carrera en la misma universidad, el 15% se retiró para preparar la PSU y rendirla nuevamente, y el 13% siguió la misma carrera pero en otra institución.
Respecto a la deserción por problemas económicos del grupo familiar, ésta se produce principalmente en estudiantes que deben dejar de estudiar y comenzar a trabajar. En ese caso, los más afectados son los alumnos de universidades privadas, quienes cuentan con menos opciones para recurrir a créditos o becas.
Para Javier Romero, director de la Escuela de Sicología de la Universidad Central, lo primero es entender que la “búsqueda vocacional no comienza el día en que se conocen los resultados, es un largo proceso que requiere de acompañamiento y diálogo con padres, hermanos, profesores, profesionales especializados en orientación vocacional, entre otros”. Es importante que en los casos en los que no se tuvo acceso a estas oportunidades de acompañamiento e información, los estudiantes puedan analizar sus motivaciones para estudiar acompañados de adultos que tengan algún nivel de conocimiento mayor sobre estudios.
Otra causa de la deserción es el bajo nivel académico previo de los estudiantes, ya que en algunos casos presentan debilidades en contenidos y hábitos de estudio. Además, se ven afectados por el cambio de metodologías de enseñanza y aprendizaje entre la universidad y el colegio.