Wall Street arrancó con fuerza el nuevo año y el índice bursátil Dow Jones está a un pelo de históricos 20.000 puntos pero está muy cautelosa en la semana previa al ingreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
La pasada semana, que fue más corta por un feriado estadounidense, el Dow Jones subió 1,02% a 19.963,80 y quedó a un pasito de los 20.000 puntos; mientras que El Nasdaq, un índice de valores tecnológicos, ganó 2,56% a 5.521,06.
Wall Street logró esas alzas gracias a una salva de indicadores económicos «alentadores», dijo Tom Cahill, analista de Ventura Wealth Management.
El aumento de las ventas de automóviles en diciembre confirmó la buena salud mostrada a lo largo del año por ese sector. Y lo mismo ocurrió con el aumento de la actividad manufacturera y de servicios en el mismo mes.
Los datos del empleo en diciembre fueron más moderados y mostraron un leve repunte de la tasa de desempleo pero para los inversores el mejor dato fue el de que en diciembre mejoraron los salarios.
En ese contexto favorable, el principal obstáculo en el camino de Wall Street ha sido su propio nivel que se elevó tras la inesperada victoria de Donald Trump en las presidenciales de noviembre.
La bolsa «aumentó 9% desde la elección y eso es mucho en poco tiempo», dijo Hugh Johnson de Hugh Johnson Advisors quien apuntó que el mercado «llegó muy lejos rápidamente» y hay riesgos de que corrija su dirección.
Las promesas de Trump.
La cautela de los inversores puede extenderse en esta semana, especialmente porque es la previa a la entrada a la Casa Blanca de Trump y sus promesas de estimular el crecimiento de la primera economía mundial.
«Hay muchas especulaciones sobre la posibilidad de que cuando esté en el poder haya lugar para decepciones», dijo el analista Karl Haeling.
Trump despertó expectativas que estimularon a los mercados: en la campaña prometió rebajar impuestos a las empresas, eliminar reglamentaciones y estimular con dinero público el desarrollo de obras de infraestructura.
«La confianza de un cambio de la política económica de Estados Unidos no es particularmente fuerte. Los inversores lo esperan pero no tienen confianza», Hugh Johnson.
Entre lo que mitiga la confianza en Trump, mencionó sus declaraciones en Twitter en las que presionó y amenazó a empresas como Toyota o General a que fabrican en Estados Unidos los autos que venden en ese mercado so pena de aplicarle impuestos a sus autos armados en países de mano de obra más barata como México.
AFP/PUB.