El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció este jueves sanciones contra Rusia luego de las denuncias sobre intervención rusa en las elecciones de noviembre pasado.
«Creo que no cabe duda de que cuando un gobierno extranjero intenta impactar en la integridad de nuestras elecciones, necesitamos tomar acciones», afirmó el saliente Mandatario estadounidense, en declaraciones a radio NPR.
«Lo haremos en el momento y lugar que elijamos», aseguró Obama.
Consultado sobre las acciones, indicó que algunas de ellas «serán explícitas y publicitadas, y otras puede que no». Al mismo tiempo, aseguró que había tratado el tema con el mismo Presidente ruso, Vladimir Putin.
«El señor Putin está muy al tanto de lo que pienso acerca de esto, debido a que lo hablé directamente con él», aseveró.
Durante las últimas semanas han surgido crecientes indicios sobre la posible intervención en los comicios en los que se impuso Donald Trump sobre la postulante demócrata, Hillary Clinton.
Precisamente, las versiones aluden a la revelación de correos electrónicos relacionados con la ex secretaria de Estado mientras se desarrollaba la campaña electoral.
Distintas cadenas informativas de EEUU habían informado que la inteligencia estadounidense sospechaba que Putin estaba detrás de la campaña de ciberataques registrada durante la campaña.
Según CBS, NBC y ABC, funcionarios que hablaron bajo anonimato consideraban que el jefe de Estado ruso se había involucrado personalmente en la acción encubierta.
El equipo de Trump, en tanto, había desestimado acremente dichas versiones. «Estos son los mismos que dijeron que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva», afirmo en un comunicado el grupo encargado de la transición antes de la asunción al mando del magnate, aludiendo a los informes falsos sobre el arsenal iraquí que sirvieron de pretexto para la invasión de 2003.
El Kremlin, por boca del portavoz Dimitri Peskov, negó las acusaciones y las consideró «absurdos que no se basan en ningún fundamento».
El anuncio de Obama eleva la tensión entre Washington y Moscú en el momento en que se registraba un «deshielo» debido a la cercanía que han manifestado Trump y Putin luego de las elecciones de noviembre pasado.
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