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Hoy se dieron a conocer los resultados del «Índice de Transparencia Legislativa 2016», medición independiente que busca determinar qué tan abiertos a la ciudadanía son los congresos latinoamericanos. El instrumento fue aplicado en 13 países por la Red Latinoamericana de Transparencia Legislativa, una iniciativa que agrupa a 24 organizaciones de la sociedad civil de todo el continente. En Chile, la red es coordinada por Fundación Ciudadano Inteligente. En este ranking nuestro país se posiciona en el segundo logar tras Costa Rica, pero más allá de los lugares, se debe enfatizar en qué es lo que se mide cuando se habla de transparencia.
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Ranking alejado de los países desarrollados
Conversamos con el abogado y politólogo, Roberto Munita, quien considera que si bien es un logro que nuestro país ocupe el segundo lugar en el ranking latinoamericano, es vital entender que estamos muy alejados de los parámetros europeos. «No es sorpresa que Chile salga en este ranking. Junto con Costa Rica y Uruguay siempre son bien evaluados en estas cosas como transparencia o libertad de prensa», señaló el experto, agregando que «no solo tenemos que compararnos con países de américa latina, porque con países europeos estaríamos al debe». Munita considera que las políticas deben avanzar a un mayor creicimiento, apuntando a alcanzar los parámetros de los países más desarrollados. Según Munita la transparencia es una muy buena herramienta, pero se deben seguir avanzando en estas materias. «Llegar al primer lugar no es la meta, si no que alcanzar a los países más desarrollados en estas materias. Debemos avanzar hacia allá», señaló el analista Roberto Munita.
¿Qué considera el ranking?
Para la evaluación, el índice consideró cuatro dimensiones principales: Normatividad (existencia de leyes o reglamentos en temas de transparencia y participación), Labor del Congreso (Evaluación de prácticas efectivas de transparencia en el trabajo legislativo), Presupuesto y Gestión Administrativa (uso de recursos públicos) y Participación Ciudadana (existencia de políticas que permitam y faciliten la intervención ciudadana en el proceso legislativo). Si tuviésemos que resumir sobre «qué significa» que Chile sea parte de este ranking, el analista político Roberto Munita señala que «Chile esta muy bien evaluado en ciertas materias y tiene mucho sentido que tenga esta ubicación en la evalución».
Según el informe, nuestro país es el único dentro de Latinoamérica que cuenta con regulación del lobby. Para Octavio Del Favero, coordinador de la Red Latinoamericana de Transparencia Legislativa y coordinador legislativo de Ciudadano Inteligente, el índice “muestra que hoy estamos a mitad de camino como región, donde hay países que están muy rezagados en la materia. En otros, se observan niveles mucho más avanzados, pero donde aún hace falta un esfuerzo en elementos que son fundamentales. Dentro de este segundo grupo se encuentra Chile. A nivel regional, aún quedan aspecto importantes en los cuales avanzar, como lo es la regulación y transparencia del lobby y las asesorías a parlamentarios, en la independencia de los órganos fiscalizadores en materia de acceso a la información, en la generación de canales institucionales de participación ciudadana y, en general, en mayor transparencia en los usos de los recursos públicos asignados a los congresos”.
Para Roberto Munita, si bien hemos tenido avances, estaríamos estancados. Recordemos que el 2014 Chile obtuvo el mismo lugar en este índice. El experto señala que hay no hay quever la transparencia sólo como un valor, si no que como una herramienta. «También hay una responsabilidad de los medios de comunicación, que tienen que transmitir las ideas que correspondan», señala el experto. «Por ejemplo, cuando se muestra el Congreso vacío en la mitad de una sesión, en haras de la transparencia, no se señala que a lo mejor está vacía porque hay comisiones que sesionan a esa misma hora, o los parlamentarios están en una conferencia de prensa o están reunidos con sis asesores, precisó Munita. «Si la transparencia no va de la mano con un contexto correcto, es mal entendida. Más que un valor en sí, la transparencia es una herramienta que nos permite avanzar hacia una política de mejor calidad», concluyó el experto.