Su nombre era Bethany Thompson y tenía tan solo 11 años de edad. Siendo tan joven, ya había sobrevivido a una pesadilla: un tumor cancerígeno en el cerebro. Pero no pudo soportar la crueldad y el bullying provenientes de otros niños de su edad.
El tumor que Bethany había vencido dejó una secuela: su sonrisa ahora era diferente. Y por este motivo, fue víctima de bullying. Hasta que las circunstancias la vencieron y se suicidó con un disparo de arma de fuego.
La pequeña pensaba que nadie podría ayudarla para detener el bullying.
Venció al cáncer, pero no pudo soportar el cruel bullying
Según reporta “Daily Mail”, la pequeña llegó a su casa proveniente de la escuela en el autobús. Se dirigió al porche de su casa en Ohio, Estados Unidos, y se disparó.
“Creo que ella estaba agotada. Sentía que nadie podía hacer nada por ella (…) La gente tiene que saber que incluso las cosas más pequeñas pueden quebrar a alguien”, dijo su madre a medios de comunicación locales.
Acorde a la policía local, el día que Bethany cometió suicidio, habló con su mejor amiga y le confesó sus intenciones. Además, le dijo que la amaba.
Por su parte, la madre también comentó que la mejor amiga de Bethany les informó sobre el maltrato y acoso recibido por su hija.
Sin embargo, el director de la escuela a la que asistía aseguró que a pesar de que la niña fue acosada el año anterior, “no hay indicios de que también la hayan acosado este año”.
Hasta el momento, no se sabe de dónde sacó la pequeña un arma de fuego.
En un periódico local se podía leer el obituario de Bethany: “Nació el 17 de diciembre de 2004 en Marysville, Ohio. Iba en sexto grado. Disfrutaba nadar, colorear, ir de compras, aportar a la caridad; además de la música, los superhéroes y Pokémon”.
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La pequeña tenía sólo 11 años de edad. Sobrevivió el cáncer cerebral, pero era víctima de bullying por la sonrisa «chueca», resultado del tumor.
