Los compañeros de fórmula para ser vicepresidentes de Hillary Clinton y Donald Trump, respectivamente Tim Kaine y Mike Pence, protagonizaron este martes un áspero debate en televisión en el que tuvieron que defender sus virtudes y argumentos para aspirar a la Casa Blanca.
El demócrata Kaine y el republicano Pence básicamente repitieron de forma constante los argumentos de los candidatos presidenciales en la campaña, y utilizaron el debate para insistir en los temas que Clinton y Trump abordan en sus discursos y actos públicos.
Así, Kaine martilló todo el debate con la negativa de Trump de divulgar sus declaraciones de impuestos, al tiempo que Pence reiteró que Clinton se propone elevar los impuestos y que fue una secretaria de Estado ineficiente.
Las relaciones de Trump con el líder ruso Vladimir Putin y los cuestionamientos a la transparencia de la Fundación Clinton también fueron temas permanentemente citados por los dos candidatos a vicepresidente durante toda la discusión.
Kaine y Pence arrancaron el debate tratando de explicar por qué están listos para ocupar la vicepresidencia de Estados Unidos, pero en apenas minutos el debate se convirtió en un festival de interrupciones para defender a los candidatos principales.
Kaine, un senador y exgobernador del estado de Virginia, narró su experiencia en la vida pública y dijo estar listo para apoyar a Clinton, a quien definió como una candidata «más que confiable y altamente calificada» para conducir los destinos del país.
De acuerdo con Kaine, la idea de «Trump como comandante en jefe nos asusta terriblemente», y añadió que no lograba entender cómo Pence podía «defender el estilo egoísta y ofensivo de Trump».
Por su parte, Pence, gobernador del estado de Indiana, respondió que es la campaña de Clinton la que usa insultos cotidianamente, en referencia a las críticas constantes de los demócratas a la candidatura del polémico millonario.
Repitiendo un tema que Trump menciona regularmente en sus discursos, Pence recordó que «enormes porciones del mundo, en particular en el Medio Oriente, están fuera de control» y que la situación que se verifica actualmente en Siria «es resultado de la débil política externa que Hillary Clinton ayudó a conducir» como secretaria de Estado.
PUB/CF