La expresidenta de Brasil Dilma Rousseff tildó de «lamentable» la denuncia presentada hoy contra su padrino político Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción y lavado de dinero, y consideró que esta tiene el objetivo de «impedir» su candidatura en las próximas elecciones presidenciales.
«Es evidente que esta denuncia atiende a los objetivos de aquellos que pretenden impedir su candidatura en 2018», señaló Rousseff en su cuenta de Twitter pocas horas después de conocerse la decisión de la Fiscalía.
El fiscal Deltan Dallagnol, responsable del caso Petrobras, acusó este miércoles al expresidente Lula da Silva de ser el «comandante máximo» de la red de corrupción enquistada en Petrobras que, desde 2004, se apropió ilegalmente de unos 2.000 millones de dólares, según admitió la propia petrolera.
Con su afirmación Rousseff respaldó las declaraciones hechas por los abogados del expresidente quienes, tras conocerse la decisión de la Fiscalía, subrayaron que la denuncia responde a una «intención real» de apartar a su cliente de la carrera electoral en los próximos comicios presidenciales.
«Otra vez, la democracia ha resultado herida. Otra vez, una grave injusticia es cometida sin fundamentos reales. Ahora, el blanco es el expresidente Lula», señaló Rousseff.
La grave crisis política que atraviesa el país, y que llevó incluso a la destitución de Rousseff el pasado 31 de agosto, acusada de una serie de maniobras fiscales, había llevado a Lula da Silva en los últimos meses a valorar la posibilidad de presentarse como candidato en 2018.
Los cargos por corrupción activa, corrupción pasiva y lavado de dinero presentados este miércoles alcanzan, además de al propio Lula da Silva, a su esposa, Marisa Leticia, y a otras siete personas.
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