Los ministros del Interior demócratacristianos de las diferentes regiones autónomas de Alemania, el primer ministro francés Manuel Valls y el ministro de Relaciones Exteriores austriaco, Sebastian Kurz, han anunciado sendas propuestas contra uno de los símbolos femeninos, para bien o para mal, del islam: el burka, o velo islámico.
En Francia, la intención de prohibición es específicamente en contra del llamado «burkini», un traje de baño femenino que cubre todo el cuerpo, excepto el rostro. Durante este último verano europeo se ha visto a muchas mujeres usando la prenda en la Costa Azul francesa. Esto, debido a que ya existen dos regulaciones contra los velos islámicos: la primera es de 2004, conocida como la «ley del velo», que prohibe cualquier símbolo religioso de ese tipo en centros educativos. La segunda es directamente contra el burka, prohibido desde 2010 en Francia.
Valls se basa en los fundamentos de la república laica que es Francia para suprimir el uso tanto de los velos islámicos como del «burkini». «Las playas, como todo espacio público, tienen que preservarse de toda reivindicación religiosa», dijo hace poco el premier socialista. «El ‘burkini’ no es una nueva gama de trajes de baño, una moda. Es la traducción de un proyecto de contra-sociedad fundado en el sometimiento de la mujer», agregó. El debate es para largo, ya que el Islam es la segunda religión que cuenta con mayor cantidad de fieles en la Francia laica.
Al mismo tiempo, y luego de haber sufrido una seguidilla de ataques terroristas a finales del mes de julio, los ministros del Interior federales demócratacristianos de Alemania presentaron una propuesta que busca aumentar la seguridad en el país. Entre los puntos, destaca la prohibición del uso del burka.
El documento, redactado por el partido de la canciller Angela Merkel, asegura que «el completo ocultamiento de la mujer musulmana a través del burka o el niqab es un impedimento para su integración y es contrario a la igualdad y a a dignidad de la mujer. El velo integral, por lo tanto, debe ser prohibido para funcionaras públicas, en los jardines de infancia, en las escuelas, universidades, tribunales y oficinas públicas, como también en manifestaciones y en la conducción de vehículos”.
En Austria, país que se ha visto involucrado en la ruta de inmigrantes sirios hacia Alemania, también estudian la posibilidad de prohibir el burka. Según ha declarado en rueda de prensa el ministro de Exteriores austriaco, Sebastian Kurz, el burka y el niqab «no son símbolos religiosos», sino que son «símbolos de una sociedad paralela y opuesta», por lo que cree que su prohibición es fundamental para la inclusión de los inmigrantes en su sociedad.
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