La Convención Republicana comenzó esta tarde en Cleveland, Ohio, una pequeña ciudad del estado del «Midwest» estadounidense donde portar armas cargadas en la calle es entendido como un derecho ciudadano y como parte de la libertad de las personas.
El evento, que se está llevando a cabo en el estadio del equipo de básquetbol de los Cleveland Cavaliers, está siendo custodiado en conjunto por 3.000 agentes federales y 1.500 policías locales, según publica la cadena de noticias CNN.
Equipados con camiones blindados, rifles de asalto, cámaras corporales y tecnología antibombas, los cuerpos de policía se enfrentan al temor de los atentados y tiroteos que han sacudido a Estados Unidos recientemente. El último, ocurrido en Louisiana, donde tres policías resultaron muertos a causa de una emboscada de tres tiradores.
También hay equipos especializados de la Guardia Nacional, dependiente del Ministerio de Defensa, preparados por si hay sospechas de ataques con armas químicas o biológicas.
Todo esto sucede cuando Estados Unidos está viviendo su enésimo momento de tensión en relación al racismo; en el último mes la policía mató, en los estados de Minnesotta y Lousiana, a dos personas de raza negra. Esto llevó a que hubieran manifestaciones pacíficas en distintas ciudades del país. En la de Dallas, un tirador mató a cinco oficiales e hirió a otros tantos.
Donald Trump, quien espera ser ratificado como el candidato del Partido Republicano este jueves al final de la convención, ha sido catalogado de racista y xenóbofo. Y aunque sus polémicos dichos van siempre en contra de hispanos y musulmanes, la tensión en relación a la discriminación racial le afectan.
Y en un estado en el que cualquier persona puede portar un arma cargada, la tensión es aún mayor.
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