Según informaciones de medios de Oriente Medio, el líder del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, murió en un ataque aéreo dirigido por EEUU en la ciudad siria de Raqqa el domingo por la mañana. Su muerte, ha informado el diario turco Yenis Safak, sería un duro golpe para el grupo terrorista. En la actualidad no ha habido confirmación de la muerte de al-Baghdadi por EEUU o ningún otro poder de la coalición. Joseph Fitsanakis, profesor asistente en la Universidad Coastal Carolina, Carolina del Sur, y especialista en inteligencia y lucha contra el terrorismo, analiza la noticia.
¿Podrían las afirmaciones sobre la muerte de al-Baghdadi ser verdad?
-Es cierto que no se ha vuelto a saber sobre Abu Bakr al-Baghdadi desde diciembre del año pasado, cuando un mensaje de una cinta de audio, supuestamente de él, se dio a conocer a través de Internet. Sin embargo, esto no quiere decir que ha muerto, ya que podría ser sólo cautela operativa. Los rumores sobre la muerte de al-Baghdadi circulan en los medios de comunicación regionales iraquíes, kurdos, turcos, libaneses, y otros sobre una base semanal. Estos rumores más recientes surgieron por primera vez en un periódico turco muy activo políticamente y que algunos argumentan que no es conocido por su precisión en la presentación de informes. En realidad, las pretensiones de la muerte de al-Baghdadi no podrían ser corroboradas hasta que tengamos una clara declaración emitida por una entidad establecida, es decir, el gobierno ruso, el gobierno de Estados Unidos, o una fuente verificable del Estado Islámico.
Si las afirmaciones son ciertas, ¿es un duro golpe para Isis?
-Si estas afirmaciones son ciertas, afectará a la sicología de las tropas del Estado Islámico en un momento en que están bajo ataques militares persistentes en Irak, Siria y Libia. Por otro lado, mucho dependerá de la forma en que el Estado Islámico se encargue de la crisis, y el nivel de unidad dentro de la organización. La supervivencia de los grupos como Isis depende de su capacidad de hacer evolucionar sus tácticas de acuerdo a la realidad cambiante en terreno. En los últimos años, Isis ha demostrado que es capaz de adaptar su estilo de lucha a los requerimientos tácticos, por ejemplo, mediante el uso de medios militares convencionales en formas no convencionales. En mi opinión esta tendencia continuará.
¿Podría su muerte convertirse en un elemento de cambio en la lucha contra Isis?
-No lo creo. La investigación de expertos sobre lo que los profesionales de inteligencia llaman “decapitación” –es decir, los intentos de neutralizar un grupo terrorista o criminal al matar a su líder o líderes– rara vez es eficaz, especialmente cuando se trata de grupos militantes por motivos religiosos. Esto no quiere decir que Isis no se verá afectado por la posible muerte de su líder, en términos sicológicos o morales. Pero las “decapitaciones” rara vez cambian el juego.
¿Podría el grupo terrorista volverse más violento a causa de la muerte de al-Baghdadi?
-Si el Estado Islámico se vuelve más violento, sobre todo en Occidente, será porque se está volviendo territorialmente más débil, no a causa de la muerte de al-Baghdadi. Hay que tener en cuenta que el grupo militante expresamente le indicó a sus decenas de miles de seguidores en Occidente descender al Medio Oriente con el fin de ayudar a crear un califato. En otras palabras, se les instruyó luchar contra la jihad en el Medio Oriente, no en Occidente. Pero si su poder territorial en el Medio Oriente disminuye, entonces Isis se verá tentado a cambiar sus tácticas y mandar a sus seguidores a dispersarse por todo el mundo con el fin de causar estragos allí. Tal cambio de táctica podría tener implicaciones monumentales para la seguridad occidental.
¿Podría la posible muerte de Baghdadi ser comparada a la de Osama bin Laden?
-No veo muchos paralelismos. Osama bin Laden fue el cofundador de Al Qaeda, una organización que fue responsable de perpetrar los ataques terrorista más sangrientos y dañinos de la historia en suelo americano. Lo mataron en una audaz incursión entre tropas de las fuerzas especiales estadounidenses, después de la cacería humana más extensa registrada en la historia. A lo largo de la década después del 9/11, la organización de Bin Laden era una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos. El Estado Islámico no plantea nada por el estilo, y es improbable que lo hagan en un futuro próximo.
¿Qué viene?
-Independientemente de la suerte de Al-Baghdadi, no preveo cambios radicales en el terreno. Mucho ahora se centra –correctamente, en mi opinión– en la lucha por el dominio territorial entre grupos rivales en Siria e Irak. El único verdadero cambio de juego en un futuro sería la protección de los musulmanes sunitas de la ira de los iraquíes, iraníes y libaneses chiíes, que ahora están sedientos de venganza como el Estado Islámico se está retirando. En los últimos años, Isis ha actuado como el protector de facto de los sunitas en su rivalidad con los chiítas en la región. Como ISIS se está retirando, estas poblaciones sunitas se están encontrando bajo la jurisdicción de los chiítas, que tienen intención de venganza. Si eso sucede a gran escala, un nuevo ciclo de violencia religiosa y étnica tragará al Medio Oriente en llamas.
PUB/FHA