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El actor ratifica su racha con dos estrenos simultáneos en Estados Unidos. Los prejuicios y el colapso de la sociedad son los temas que estructuran «El hombre que conoció el infinito» y «High-Rise». Tras encarnar al icónico mayordomo Alfred en la reciente «Batman vs Superman», Jeremy Irons parece haber entrado en racha. Así lo demuestran las dos cintas con que este mes llegará a los cines norteamericanos: La biográfica «El hombre que conoció el infinito» («The Man Who Knew Infinity») y «High-Rise», basada en la clásica novela de J. G Ballard.
La primera, inspirada en el inexplicablemente oscuro matemático indio Srinivasa Ramanujan (interpretado por el protagonista de «Slumdog Millionaire», Dev Patel), aborda el tema de los prejuicios, y tiene al actor encarnando a una leyenda de los números, y uno de los pocos que no discrimina al personaje central en la historia.
«Hay personas que instintivamente tienen miedo de quienes son diferentes a ellos. Eso viene de los prejuicios, de la inseguridad y del miedo», dice Irons. «Lo bueno de ser actor es que estoy muy acostumbrado a estar dentro de otras personas. Espero no tener prejuicios. Quiero decir, me enojo con algunas personas por su estrechez mental, su falta de cuidado o su apatía. Pero eso no tiene nada que ver con su raza, religión o color».
La historia real de «El hombre…» ocurrió hace más de un siglo, pero sus temas todavía resuenan. Parte de la razón, piensa el actor, es el fracaso de nuestros líderes. «Alrededor de todo el mundo la gente está perdiendo la fe en sus políticos. Están manejando nuestros países en términos puramente económicos, en lugar de idealistas. Creo que es un error».
Por ello, cuestiona buena parte de las políticas actualmente en marcha, así como la idea de que la compra de cosas nos hace felices. «Nos han dicho que la gente va a consumir y la economía se mantendrá en marcha. Bueno, no necesitamos todas esas cosas (que nos ofrecen). Necesitamos consumir mejores cosas», afirma el actor, apuntando sobre todo a los productos alimenticios.
Y es en ese punto donde el astro vira hacia los temas de «High-Rise», cinta que apunta al colapso de la sociedad y que la crítica ha recibido con una lluvia de elogios. En ella, se muestra un edificio cuyos habitantes vuelven al tribalismo, los instintos salvajes y la violencia. Irons interpreta al arquitecto rico que lo construyó y que, ajeno a lo que ocurre bajo sus pies, habita en el elegante departamento del último piso.
«Tenemos una enorme clase marginada en Europa y América, que no tiene nada que perder. Es entonces cuando empiezan las revoluciones. No podemos permitir que eso ocurra», afirma el actor, para luego apuntar al objetivo de moda en Hollywood: Donald Trump.
«Cuando él se pone de pie y empieza a lanzar a chorro eso que yo llamo ‘política de bar’, es muy atractivo. El hombre de la calle dice ‘¡sí, vamos a hacer un gran Estados Unidos de nuevo!’. ¿Qué mierda significa eso?».