Camila Albertini
La industria de la aviación representa alrededor del 2% de las emisiones globales de dióxido de carbono. Sin embargo, hace poco más de un mes, una aerolínea estadounidense anunció la incorporación de un nuevo tipo de combustible sustentable que reduce en hasta 60% las emisiones de carbono, en relación a la turbosina convencional.
Se trata de un biocombustible que United Airlines adquirió a AltAir Paramount, empresa dedicada a la producción de combustible renovable que convierte en turbosina aceites naturales y desechos agrícolas no comestibles. El primer vuelo comercial que utilizó este producto fue entre Los Ángeles y San Francisco, para luego ir integrándolo, de forma paulatina, al resto de las operaciones.
Si bien esta es una de las tecnologías más avanzadas que se ha probado en eficiencia de combustible, hay otras estrategias que distintas aerolíneas han implementado con el fin de reducir el uso del combustible.
En el caso del grupo Latam, éste ya ha realizado dos vuelos con biocombustible de segunda generación. Además, destacan el uso del avión Airbus A350-900, cuyos materiales de construcción (tales como aleaciones de aluminio, titanio, fibras de carbón, entre otros), lo vuelven más liviano y eficiente, ahorrando hasta un 25% en el uso de combustible y reduciendo el impacto de sus gases de efecto invernadero.
También está el modelo Boeing 787 que disminuye en hasta 20% las emisiones de CO2, en relación a aviones de similares características. A lo anterior, se suma que produce hasta 40% menos de huella de ruido (en la etapa de mayor sonido que es el despegue) y que el 50% de la primera estructura está compuesta de fibra de carbono, material que destaca por su resistencia a la fatoga y corrosión.
Desde Sky señalan que la pintura que utilizan en su flota permite disminuir el peso y ahorrar hasta 135 toneladas de CO2 por año.
Por otro lado, el material de fabricación de los asientos y carros de comida ahorra más de 500 kilogramos por avión, cuyas «alas» cuentan con winglets/sharklets que reducen en un 4% el consumo de combustibles que vuelan sobre los 1.800 km al disminuir la potencia de los motores sin afectar la velocidad.
American Airlines también utiliza esta estrategia de winglets, los que han sido instalados en más de 240 de sus aviones, ahorrando más de 66 millones de galones de combustible y reduciendo aproximadamente 700.000 toneladas de emisiones de CO2.
Otra medida que utiliza la aerolínea es disminuir el peso dentro de los aviones. Así es como empezaron a utilizar iPads de menos de medio kilo en lugar de los cuadernos de casi 16 kilos para llevar la información que requiere la tripulación. Sólo con esta medida la compañía ahorra alrededor de 400.000 galones de combustible por año.