0 of 3
Panamá, bajo presión internacional tras las revelaciones de los ‘Panama Papers’, dijo estar dispuesto a negociar con los países occidentales para endurecer sus prácticas fiscales y limpiar su imagen.
PUBLICIDAD
«El llamado que hago a los países de la Ocde es el de regresar a la mesa del diálogo y buscar acuerdos y que no se use esta coyuntura para afectar la imagen de Panamá, porque eso no lo vamos a aceptar», dijo el presidente panameño, Juan Carlos Varela, el miércoles por la noche.
Desde las primeras revelaciones el domingo de la investigación liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (Icij), Panamá es objeto de críticas en todo el mundo.
El país centroamericano tiene una legislación favorable a la creación de sociedades en paraísos fiscales, a contracorriente de la tendencia mundial, impulsada por países como Francia, hacia una transparencia fiscal cada vez mayor.
En el punto de mira está el rechazo de Panamá de aplicar el intercambio automático de informaciones fiscales entre países, una medida auspiciada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) y que aplican cada vez más estados. «Si hay una mejora en cómo se implementan esos mecanismos, estoy dispuesto a hacerlas», dijo el presidente panameño.
Contactada por la AFP, la Ocde no quiso comentar de inmediato las declaraciones de Varela, cuyo objetivo es evitar que su país entre en una «lista negra» de paraísos fiscales.
Por su parte, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, destacó el miércoles la «urgencia» de que la Unión Europea elabore una «lista negra» única de paraísos fiscales, con criterios comunes a los 28 miembros del bloque.
PUBLICIDAD
– Cambios de posición –
Panamá también ha sido criticada por sus cambios de posición en la cuestión de la transparencia, asegurando primero que iba a adoptar el sistema de intercambio automático y retractándose poco después. «Desgraciadamente Panamá tiene tendencia a dar giros de 180 grados, a jugar al bueno y al malo a la vez. Esto no puede continuar», dijo el ministro de Finanzas francés, Michel Sapin.
«En la última reunión del Foro Mundial en Barbados, el año pasado, Panamá dijo que aplicaría el intercambio de información. Como por casualidad fue antes de que presentáramos nuestro informe», recuerda Pascal Saint-Amans, director del Centro de Política y Administración Fiscal de la Ocde. Ese informe se presentó en noviembre en la cumbre del G20 en Antalya (Turquía) y poco después «las autoridades dijeron que no aplicarían los estándares de la Ocde, nos dijeron que no teníamos legitimidad», explica Saint-Amans.
La consecuencia fue que la Ocde volvió a criticar a Panamá en la reunión de ministros de Finanzas del G20 de febrero en Shanghái. El G20, que reúne a los países más poderosos del mundo, sigue las recomendaciones de la Ocde en materia fiscal e incita a otros países a hacer lo mismo.
El escándalo de los ‘Panama Papers’ estará en el orden del día de la reunión del G20 en Washington de la semana que viene, que coincide con las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Mientras tanto, los periódicos que forman parte del Icij continúan publicando nombres de clientes del despacho de abogados panameño Mossack Fonseca, especializado en creación de sociedades ‘offshore’, de donde salieron los 11, 5 millones de documentos filtrados.
Las revelaciones sobre la creación de sociedades en paraísos fiscales, que no son ilegales por sí mismas, han salpicado a presidentes, empresarios, deportistas o banqueros de todo el mundo. Una de las primeras victimas del escándalo ha sido el primer ministro islandés, que el martes anunció su dimisión después de su nombre y el de su mujer salieran en los papeles.
Este jueves también dimitió el presidente del banco público regional austriaco Hypo Vorarlberg, aunque aseguró que ni él ni el banco cometieron ninguna infracción.
PUB/IAM