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A casi cinco años de que ocurriera un colapso en la planta nuclear Fukushima Dai-ichi de Japón, ocasionado por un terremoto y un tsunami, se encontró la manera de contener la contaminación nuclear.
La idea se trata de un “muro de hielo” subterráneo ideado para evitar que se siga distribuyendo el agua contaminada.
Para desarrollar esta pared, se necesita la instalación de más de mil 500 tuberías a 30 metros bajo tierra, que supuestamente rodearán los cuatro reactores nucleares de la planta.
A través de los tubos se inyecta una solución salina a temperaturas de menos 30 grados con el objetivo de congelar la tierra, evitando que las aguas subterráneas traspasen el lugar.
El operador de la planta, Tokyo Electric Power Co., aseguró que el desmantelamiento está progresando muy lentamente, por lo que podría tardar entre 30 y 40 años, informó «CNN».