Decenas de ‘blocos’, como se conoce al popular carnaval callejero, arrancaron el sábado al ritmo de la samba vibrante, antes de los suntuosos desfiles en el Sambódromo.
Pero la fiebre del Carnaval no ha llegado a todos los rincones del gigantesco país, principalmente por la crisis económica que azota Brasil y que ha obligado a las autoridades de 48 otras ciudades a destinar los recursos para la fiesta a otros problemas, como la epidemia de dengue y zika, según el portal de internet G1 de Globo.
– El Olimpo a Río –
El bloco Spanta Neném le cantó este año al gran evento deportivo, que por primera vez se organiza en Sudamérica. «Queríamos mostrar un carnaval diferente, un carnaval olímpico. Aquí es la verdadera morada de los dioses, somos los Dionisios y las Afroditas, los dioses cariocas mezclándose con los del resto del mundo», dijo a la AFP Chico Nogueira, coordinador del bloco.
Largas togas blancas con cinturones, brazaletes y coronas de laurel doradas adornaron a los miembros de este bloco, que bailaban para venerar la «ciudad bendecida por Zeus».
«Van a ser unos Juegos Olímpicos inolvidables, estoy seguro», garantizó por su parte Diogo Castelao, disfrazado del dios Apolo.
De repente la canción del bloco paró y sonó: «Si dejas el agua estancada, nacen las larvas / de las larvas nace el mosquito / ¡Déjame Zika! Espanta ese mal».
Los organizadores decidieron dedicar un tiempo al preocupante brote de zika que afecta Río de Janeiro y todo Brasil, a poco más de seis meses de los Olímpicos. «Es una enfermedad muy seria, necesitamos combatirla todos juntos», pidió Nogueira.
– ‘¡Déjame zika!’ –
La alcaldía de Río aprovechó el carnaval para lanzar la campaña ‘Xô Zica’ (‘Déjame zika’) para combatir al mosquito ‘Aedes aegypti’, transmisor del zika, dengue y chicunguña.
La secretaría de Salud distribuyó en este bloco disfraces de la Mujer Maravilla entre varias embarazadas -las primeras amenazadas porque el zika puede causar microcefalia en el bebé- para formar un grupo de «mamás superpoderosas» contra el zancudo.
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Paula Couto de Oliveira fue una de ellas. Sus cinco meses de embarazo no le impidieron sambar sonriente con su barriga prominente y la capa ondeando. «Estoy muy preocupada, cada hora me paso repelente para protegerme, pero estoy intentando no volverme loca, paranoica, sin salir de casa, con miedo, evito ropa oscura que atrae más mosquitos», indicó.
El Gobierno no ha precisado un número exacto de casos de zika en el país, pero informó de que hubo 3.900 casos sospechosos de la malformación en bebés.
Entre el sábado y domingo debían desfilar 39 blocos en la capital del carnaval. Son 650 en total hasta el 14 de febrero. La alcaldía también repartió preservativos.
– La crisis –
La mayoría de las 48 ciudades tomó la decisión de suspender su celebración carnavalesca golpeada por la crisis económica en Brasil, que según el Fondo Monetario Internacional, cerrará el año con una recesión del 3, 5%, alta inflación y desempleo.
El de Macau, considerado el mayor de Rio Grande do Norte (noreste), no se realizará por la falta de dinero. Lo mismo en ciudades del interior de Sao Paulo y Goiana.
El dinero será destinado en varios lugares a invertir los recursos en combatir el dengue y el zika, muy fuerte en el noreste del país. Otros en reconstruir poblaciones afectadas por las fuertes lluvias.
Ciudades con mayor suerte no cancelaron la fiesta, pero recortaron significativamente los recursos, como Belo Horizonte y Ouro Preto, en el estado de Minas Gerais (sureste). En Joao Pessoa (noreste), se invertirá, por ejemplo, solo la mitad del presupuesto, indicó G1.
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