Amigos reciben bicicletas viejas y las reparan gratis para los niños

Se viene el día del niño y mientras hay quienes buscan regalos en malos y centros comerciales, hay un grupo de amigos que están dedicados a reparar bicicletas para entregárselas a menores de escasos recursos.

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Eso es en pocas palabras lo que hacen en Recicleta, recibir bicicletas que muchas veces están abandonadas en algún patio o una bodega, para darles una nueva vida y una nueva posibilidad de servir a un nuevo dueño.

Por ahora, están concentrados según cuenta Alejandro Vera, en reparar las bicicletas que recolectaron para su campaña del Día del Niño, las que serán recibidas por los menores del hogar Santa Adriana. Pero como la campaña resultó tan exitosa, y recibieron tantas donaciones, están adelantando trabajo para la campaña de Navidad.

“Para esta campaña vamos entregar unas 30 bicicletas para un hogar de niños que se llama Santa Adriana. Todavía nos siguen ofreciendo bicicletas y estamos guardando las que nos quedaron para navidad, porque esas son nuestras dos grandes campañas, la del día del niño y la de navidad”, comenta.

Pero ¿cómo nació la idea de devolverle la vida a una bicileta?. Alejandro relata que todo partió cuando  “le regalamos a mi suegra una bicicleta que tenía mi señora botada en el patio, entonces mi hija se la regaló porque estaba botada sin hacer nada y mi suegra empezó a moverse por toda la ciudad en ella”.

“Ella vive en Quilicura y se vino hasta Providencia, por La Pirámide en bicicleta, le cambió la cara, bajó de peso, se empezó a ver más joven y yo decía pucha, esta bicicleta estuvo tanto botada en el patio y sin servirle a nadie y pudo hacerle bien a alguien hace tanto tiempo”.

A eso, relata se suma que vio un artículo en el que advertía que un 75% de los hogares de Santiago tenían una bicicleta. “Pensé son millones de bicicletas por todas partes y se me ocurrió hacer esto, pero era muy distinto, era pedir que me regalaran las bicicletas y yo se las regalaba a gente dejando que ellos las arreglaran porque yo no sabía nada de mecánica”.

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Pero la idea no se completó hasta la llegada de su socio, a quien conoció de manera fortuita, el que llegó con la idea de hacer las reparaciones y entregar las bicicletas refaccionadas. “Él me dijo, tu idea es buena pero tenemos que arreglarlas, porque hay gente que también les sirve, pero no tienen los conocimientos o la plata para arreglarla y el sabía y el me enseñó y con él empezó el grupo formalmente a arreglar las bicicletas y ahí empezó el grupo formalmente el 2009”.

Desde ahí se han dedicado a ser intermediarios entre quienes regalan y entre quienes reciben las bicicletas y han sumado nuevas ideas.

“También hacemos clases a la gente en lugares públicos para enseñarles a hacer diagnóstico, y arreglar sus bicicletas. Les  mostramos como funcionan, como saber si tienen algo malo y para que sepan que en un taller les hagan lo que necesitan y no arreglos demás”.

“Lo nuestro lo hacemos básicamente como un llamado a que se recuerden que tienen bicicletas botadas y que le pueden servir a alguien”.

La idea insiste Alejandro “es que la gente tiene una bici botada y si no la regala a nosotros, se la regale a alguien más, pero que no esté botada en el patio”.

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