Hace un par de semanas, el Colegio de Sicólogos emitió una declaración, con la que se sumaba a una tendencia que cada vez gana más adherentes a nivel global, la de rechazar las llamadas terapias reparativas de la homosexualidad.
Sin embargo, en nuestro país existen profesionales que aplican estas terapias para superar la atracción al mismo sexo, o AMS como también se les conoce. Una de estas especialistas es la sicóloga de la Universidad Católica, Marcela Ferrer, quien plantea que es posible ‘curar’ a personas con tendencias homosexuales.
La labor de estos profesionales ha sido duramente cuestionada en Chile por los grupos que defienden los derechos de las minorías sexuales, sin embargo, sus pacientes los defienden de manera férrea.
Así es el caso de Santiago, un paciente de Marcela Ferrer, quien decidió contar a Publimetro las ventajas y los avances que ha tenido gracias a la terapia de la sicóloga. “Me duele cuando se ataca a Marcela y a este tipo de terapias. Considero que debemos vivir en un país libre”.
“Si yo tengo atracción a personas del mismo sexo, ¿por qué no voy a poder tener el derecho a acudir a un especialista que me pueda ayudar a cambiar mi atracción, de la cual yo no estoy conforme? ¿Por qué tengo la obligación de aceptar mi tendencia, si dentro de mi plan de vida está formar una familia unida, con una mujer que me quiera, con mis virtudes y defectos, y de quien yo esté enamorado?”, plantea.
El paciente de la profesional de la Universidad Católica, apunta a que existe un “lobby gay” que ha llevado a que sólo se muestre “una sola cara de la moneda” y si bien, entiende que la OMS no considere a la homosexualidad como una enfermedad o un trastorno “vale la pena considerar la visión de Marcela al respecto”.
“¿Cuántas masas ha sido capaz el lobby gay de mover para presionar la política nacional e internacional? ¿Se ha podido descubrir algún gen gay, el cual determine al niño/niña de que será homosexual? De ser así, perfectamente, al momento de nacer, se puede determinar si la guagua será o no homosexual”, precisa.
Santiago postula que en su caso, la terapia para superar la atracción al mismo sexo le ha servido para crecer e incluso asegura “que han sido los mejores años de mi vida, pero también los más difíciles”.
“La atracción hacia un hombre es sólo la punta del iceberg. Hay aspectos más profundos que se tratan en la terapia. Muchas veces he escuchado, en especial a Rolando Jiménez, presidente del Movilh, decir cosas absurdas de las terapias reparativas (que se aplica electroshock, por ejemplo, es una de ellas). Y ahí va, el ataque constante hacia la terapia, de un lado al otro, mostrando sólo un lado de la moneda. El otro lado queda absolutamente olvidado, abandonado y no se le da importancia”.
En la misma línea, Santiago asegura que a raíz del tratamiento “he podido madurar. Antes era un niño con cuerpo de adulto, sumido en un infantilismo atroz. Ahora soy todo un hombre”.
“Me siento muy hombre, así como cualquier heterosexual. He podido mejorar mi autoestima y llevarla de una forma sana, sin la necesidad de sentirme querido por una simple relación sexual con otro hombre, sino que sé lo valioso que soy, sé lo que valgo, y sé que las personas me quieren y me aman por quien soy, no por mi físico o por el placer que les pueda dar”.
Incluso el paciente de Ferrer apunta que gracias a la terapia “conocí lo que fue tener una polola, una experiencia enriquecedora”.
Aunque niega que lo haya hecho para cubrir su atracción por los hombres. “Lo hice con mi más sincera entrega hacia ella. Al final no resultó la relación, pero fue una experiencia enriquecedora, honesta y muy linda”, asegura.