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Hay varios mitos sobre la pediculosis que aprovecharemos de desmentir acá: 1- Los piojos no vuelan: según la doctora Elsa Viteri, dermatóloga de Clínica Bicentenario, los piojos no vuelan, ya que son parásitos planos sin alas, que se alimentan de sangre a través de las picaduras. “Cada piojo puede vivir entre 30 a 40 días, y cada hembra es capaz de poner hasta 10 huevos diarios”, agrega. 2- No use parafina ni productos tóxicos para eliminarlos: “Existen varios tratamientos locales (cremas, lociones) que se pueden usar en niños mayores de 6 meses, sin embargo se ha visto mucha resistencia a varias marcas del mercado, por lo que lo ideal es consultar con el médico especialista. Es importante recalcar que no deben ser usados productos tóxicos como parafina o insecticidas por su riesgo de intoxicaciones”, asegura Viteri. 3- El vinagre sí sirve para evitar la reinserción: “El uso de shampoo a base de Cuasia amarga o de enjuagues con vinagre no provocan estragos y en ocasiones sirve para evitar la reinfección”, comenta la doctora. 4- La mejor forma de eliminarlos so con el uso de peines: Según la dermatóloga, es conveniente usar “peines de dientes finos, ayudados con enjuagues con sol.acética que se prepara añadiendo una cucharada grande de vinagre a un litro de agua ayuda desprender las liendres del pelo”.
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Hablar de piojos y liendres resulta, literalmente, un dolor de cabeza. Sin embargo, hay otra acción que se ha convertido casi en una regla general: que aún sin sufrir de pediculosis, uno comience a rascarse el cuero cabelludo. ¿Por qué sucede esto?
Según la sicóloga de la Clínica Bicentenario, Carolina Cabezas, esto podría ocurrir a causa de un grupo de neuronas llamadas “del tipo espejo” que serían las responsables de generar empatía entre un ser humano y otro.
“De acuerdo a ciertas emociones particulares, estas neuronas activan ciertas zonas de nuestro cerebro, haciendo que nosotros sintamos lo mismo que nuestros interlocutores. Por eso, si yo veo que alguien se cortó una pierna, quizás tiendo a sentir ese dolor; a empatizar con eso. Yo creo que lo mismo pasa con los piojos. Si hablo, leo o veo piojos, quizás sean estas neuronas las que se activan haciendo que me pique y que me rasque”, indica la especialista.
De hecho, agrega que cuando uno siente esa picazón, nuestro cerebro lo hace real. “Todos sabemos qué es la pediculosis y sabemos que efectivamente las liedres y los piojos producen esa sensación de picazón. Puede ser que nuestro cerebro reactiven las neuronas espejos y se recuerden ese tipo de sensaciones”, dice la especialista.
De hecho, agrega que es posible sacarle provecho a la existencia de estas neuronas porque “permiten que las emociones sean contagiosas”. En ese sentido, en vez de dejar de rascarse la cabeza, la especialista invita a llegar con alegría a oficina para que esa sensación pueda ser imitada. “Si se tiene una actitud de ese tipo, sin trastornos o alteraciones, debiese provocar un efecto positivo”, agrega.