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Para rayar billetes, crear sobrenombres y explicarle a un niño de dónde vienen los bebés, se necesita mucha creatividad y todo el indica que el chileno brilla en esas tres áreas.
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Así al menos lo confirmó un billete de $2.000 que anda circulando por la web y que en vez de tener la imagen del noble prócer patrio, Manuel Rodríguez, deslumbra porque aparece la imagen de Yerko Puchento, acompañado de dos palabras claves: ¡Bum! ¡Bum!
Todo indica que el original billete comenzó a circular hace dos años, cuando el personaje de Daniel Alcaíno levantaba el rating de cualquier programa que visitara, fenómeno que sigue manteniéndose en el tiempo porque Yerko Puchento es un grande. Sin embargo, si usted se topa con esos $2.000, debe tener cuidado, pues podría no ser apto para circular.
¿Qué significa eso? Que, debido al deterioro que implica su rayado, ese billete deberá ser devuelto al Banco Central para ser destruido. Pero ojo, que no sea apto para la circulación no significa que pierde su valor o que deja de ser válido como papel moneda. Por el contrario, el billete sigue valiendo los $2.000 chilenos que simboliza.
Desde el Banco Central indicaron a Publimetro que “para que sea reemplazado por uno nuevo, el billete roto o rayado que se quiere cambiar debe tener más de un 50 por ciento de lo que era el billete total. Esto nada tiene que ver el número de serie. Tras eso, se debe entregar a un banco comercial el cual lo envía a nuestras bodegas para su destrucción”.
Pero, ¿cuáles son los principales riesgos de rayar un billete?
Según las indicaciones del organismo que administra la fabricación de los billetes, el Banco Central, el principal costo para el país que tiene rayar un billete es que “es más fácil introducir billetes falsos a la circulación, lo que tiene un costo para el país y para la integridad de los medios de pagos”.
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El organismo agrega que rayar o destruir un billete trae como consecuencia la declaración de dejarlo “no apto para circular”. Según indicaron en ese organismo, “los criterios para que un billete sea considerado no apto para circular son los siguientes: que estén rasgados, traposos, mutilados (para ser válidos, debe mantener más del 50% de su tamaño original), manchados, con grafitis o cinta adhesiva, quemados, gastados y que presenten una pérdida de tintas, entre otros”.
Este no es un problema menor si se considera que en 2014 se recibió un total de 200 millones de billetes no aptos para circular, lo que equivale al 25% del stock público total, que son de 800 millones de piezas.
Para hacerse una idea: durante el año pasado, 548.000 billetes por día adquirieron la calidad de “no aptos para circular. Sin embargo, aún así no hemos llegado al nivel de otros países como Argentina o Canadá, donde la cantidad de billetes rayados es tal que incluso las autoridades nacionales han solicitado a los ciudadanos dejar de intervenirlos (ver fotos).
Yerko en el billete de $2.000: “¡Aún tenemos patria!”
En un plano más liviano, y ya hablando específicamente del caso del billete de $2.000, Daniel Alcaíno, el hombre que caracteriza a Yerko Puchento, no tiene problemas para referirse a esta materia. “Yo creo que es algo más simpático, una especie de homenaje tal como los canadienses lo hicieron con el señor Spock en sus propios billetes. Me llama la atención el ingenio de la gente”, afirmó a Publimetro.
De hecho, recuerda otros detalles curiosos que podían conseguirse con el antiguo billete de $2.000, aquel que se puso en circulación en 2004 y que fue el primero de la familia que estaba hecho de material plástico.
“Yo me acuerdo que el primer billete de $2.000 dejaba un espacio como en blanco, que al doblarlo por la mitad, le entregaba una capucha a Manuel Rodríguez. Con eso se podía simbolizar algo así como el Frente Patriótico. Entonces me parece que es simpático cómo la gente hace estas cosas”, agregó el actor detrás del señor Puchento.
Y cuando Daniel Alcaíno habla sobre Manuel Rodríguez tiene mucho derecho. Ello, pues el actor debió defender a ese prócer patrio en el programa “Grandes Chilenos” de TVN, emitido durante 2010 para el Bicentenario de la patria.
“Imagínate, para mí, que tuve que hacer ese trabajo, me produce un orgullo tremendo que detrás de Manuel Rodríguez aparezca Yerko. ¡Aún tenemos patria compañero!”, dice el actor.