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Sobre la Gran Logia de Chile: La Gran Logia de Chile, según indican en su página web, nació oficialmente en 1862 cuando en nuestro país ya existían cuatro logias exclusivamente nacionales, “funcionando en idioma castellano”. Entre ellas se encontraban dos órdenes en Valparaíso, una en Concepción y la otra en Copiapó. El primer Gran Maestro chileno fue Juan de Dios Arlegui Gorbea y operó en la sede que tenía la masonería en la Quinta Región. En 1906 se produjo un terremoto que afectó la casa y la casa principal se trasladó a Santiago. Hoy la Gran Logia Chilena opera en Marcoleta 659, en pleno centro de la capital. En la página www.granlogia.cl se pueden conocer más detalles de la masonería chilena. Allí, por ejemplo, se destacan los presidentes que han pertenecido a la orden entre los que se encuentran: – Manuel Blanco Encalada, presidente en 1853 – Arturo Alessandri Palma, presidente entre 1920 y 1924 – Pedro Aguirre Cerda, presidente entre 1938 y 1941 – Juan Antonio Ríos, presidente entre 1942 y 1946 – Gabriel González Videla, presidente entre 1946 y 1952 – General Carlos Ibáñez del Campo, presidente entre 1927 y 1931 y luego entre 1952 y 1958 – Salvador Allende, presidente entre 1970 y 1973
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Cuando Sebastián Dávalos se vio implicado en el Caso Caval, no solo perdió su trabajo en la Dirección Sociocultural del Gobierno, sino que además ha debido lidiar con peticiones judiciales, persecuciones de la prensa, acusaciones políticas, entre otros problemas. Sin embargo, uno del que poco se conoce es la molestia que habría generado sus contrariedades judiciales en la Gran Logia de Chile. Porque, si no lo sabían, el hijo de Michelle Bachelet es masón.
Según informa El Mostrador, miembros de la orden habrían comenzado a pedir sanciones a Dávalos por problemas gestados incluso antes de su exposición pública. Las razones serían, entre otras, no haber respetado la discreción de su calidad de masón, como suelen hacerlo los demás.
En ese sentido, se argumenta que en su calidad de aprendiz -y posteriormente en el nivel intermedio de “compañero”- habría abusado del uso de la corbata tipo humita, característica de los masones; habría hecho alarde de su condición de miembro y además, habría hecho pública su participación en el Club de La República al momento de hacer su declaración de intereses, a días de destapado el caso Caval.
Ante esto, es válido preguntarse, ¿cómo identificar a un masón en Chile?
“Los masones en Chile existen desde la época en que se gestó la Independencia” dice el escritor Carlos Tromben a Publimetro. El autor de novelas policiales como “La casa de Electra”, “Poderes Fácticos” y “Prácticas rituales”, afirma que una de las características de los masones, es que desde siempre “han tenido interés por el poder”, por lo que no es raro encontrar presidentes, ministros, rectores universitarios, jueces, entre otros, que hayan sido miembros de la masonería chilena.
“Más que artículos o símbolos que puedan ayudar a identificar a un masón, hay un cierto tipo de palabras o actitudes que incluso tienen que ver con el lenguaje corporal que nos permiten tener luces de si alguien pertenece o no a una orden”, aclara el Tromben, nieto de un masón que alcanzó el grado 33 en la Logia chilena.
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“La (corbata) humita es un clásico símbolo masón. Pero como todo en este tipo de organizaciones, puede ser una señal de membresía como puede no serlo. De hecho, yo creo que de diez personas que usan humita, siete al menos sí pertenecen a algún organismo de este tipo” declara el escritor.
También asegura que llevar el brazo derecho a la solapa izquierda de otro, puede ser señal de estar ante un masón. “Si te fijas bien, cuando haces esto se forma una especie de V con los brazos”.
“Hay también palabras o frases que pueden servir para identificar a un miembro de la Logia, como ‘pulir la piedra’, ‘ir allá’ o ‘trabajar hasta tarde’. Por ejemplo, era común que mi abuelo preguntara ‘¿trabó hasta tarde, hermano?’. No sé qué significa, pero debe formar parte de un código interno”, aclara.
Pero, ¿por qué los masones se ocultan tanto? Según Carlos Tromben, esto ocurre a causa de los orígenes de un organismo como este. “Ser masón significa pertenecer a un grupo de personas que, como individuos laicos, promueven la reflexión para resolver problemas sociales, políticos, entre otros, separando un poco lo que dice la Iglesia respecto a estas aristas. Entonces, cuando nacen en Chile, se encuentran en un escenario monárquico, donde el poder del Estado y la Iglesia están muy unidos. Por lo mismo, ser masón era un acto subversivo, casi revolucionario. Por eso -y por otras razones más- debían ocultarse”.
– ¿Qué participación han tenido en la historia de Chile los masones?
– Ha habido presidentes masones, reconocidos por la misma Gran Logia Chilena. Pero también hay casos más desconocidos. Por ejemplo, yo estoy por sacar una novela en mayo, llamada Huáscar. Ahí cuento cómo el masón Domingo Santa María, que todavía no era presidente de Chile, trata de explicar cómo la captura de este gran barco peruano corresponde a una operación de inteligencia y no es para nada un hecho fortuito. Todo esto apoyado por un grupo de masones que son fundamentales para la historia.
– ¿Cuánto de eso forma parte de la historia real de Chile y cuánto de la ficción?
– Bueno, Domingo Santa María llegó a ser presidente de Chile por derrotar a Perú. Pero también es cierto que era un acérrimo anticlerical. De hecho, fue el que instauró el registro civil que, hablando en proporciones, puede llegar a ser incluso más grande que la reforma educacional que se discute hoy. Imagínate, antes era la Iglesia la que emitía las actas de nacimiento, de fallecimiento y llega él e instaura un sistema estatal que lleva ese tipo de información. De hecho, si me preguntas qué hizo con las rentas de las salitreras, yo te diría que lo que hizo fue robustecer al Estado laico. Pero más allá de eso, por ejemplo, yo no lo sé, pero dicen que Eusebio Lillo, el mismo autor de la canción nacional era un gran poeta, pero también un operador político, que fue puesto al frente de varios puestos de batalla un poco para espiar qué hacían nuestros uniformados y también los de otros países. Probablemente era un masón, pero no puedo decirlo tajantemente.
Ritos masónicos: algunos son públicos
– ¿Conoce algún rito masónico del que pueda contarnos algo?
– El de iniciación, se dice que es como una especie de nacimiento nuevo, donde el aspirante es vendado, amarrado, para luego ser liberado y de esa forma “renacer” dentro de este grupo que es la masonería. Sin embargo, conozco más del rito funerario, que es público. En él, se hace una cadena, donde los participantes cruzan los brazos, realizan una invocación al hermano ido y lo llaman. Claro, este no contesta, entonces dicen que “es un masón dormido” y que “se ha ido a las regiones que desconocemos”. Es súper impactante y emocionante ese rito.
– Es conocido que en EE.UU. los masones dejaron varios símbolos en edificios estatales, universidades e incluso en los dólares. ¿En Chile ocurrió algo similar?
– Puede ser, pero no lo sé. De todas formas, si te fijas en el símbolo que tiene la Universidad de Chile, verás un símbolo masónico. Puede que en las bibliotecas públicas o edificios gubernamentales exista algo de eso. Y, bueno, se dice que el billete de $2.000 tiene un símbolo masónico.
– Hablando de edificios, la Gran Logia de Chile tiene un club ubicado en Marcoleta 659 y todos saben que está ahí. También tienen página web. ¿Por qué entonces ocultan cosas pero publican otras como su historia o la ubicación de su sede principal?
– Bueno, los masones tienen ese juego de ocultar y mostrar y eso lo que hacen. De hecho, se puede ir a comer al restaurante del Club La República. Como te digo, yo creo que la época en que nacieron explica lo del recato con sus datos, pero hoy, ya no sé qué justificación tendrá.