Continúan los coletazos por el caso del director del Servicio de Impuestos Internos, Julio Pereira, quien fue cuestionado por condonar una deuda en favor de la empresa Johnson`s.
A la ratificación en su cargo por parte del Presidente Sebastián Piñera y el polémico rechazo de una comisión investigadora en la Cámara de Diputados, este viernes se conoció una carta con motivo de la salida del Jefe de Relaciones Públicas del organismo, Aldo Anfossi Gómez, quien llevada 12 años en esa institución.
En la misiva, a la cual tuvo acceso Publimetro, el periodista critica el silencio que se ha guardado sobre el tema y la falta de reconocimiento de “las desprolijidades y errores evidentes cometidos en el manejo de este caso y adoptar medidas al respecto”.
“Por otro lado, es evidente que mis funciones en el Servicio han sido invadidas por otras personas, con el consentimiento suyo, sin que exista la menor consulta o coordinación respecto a qué debe o no hacerse, cómo se procede o cómo se ha actuado, lo cual para el suscrito es ahora una situación intolerable desde la ética profesional”, añade.
En la parte final de la carta, Anfossi denuncia divisiones: “Pero si usted decide continuar, me permito decirle que debe tener conciencia de que este Servicio sufre una fractura interna de proporciones, de que existe un abismo entre la dirección y los funcionarios, y una grave ausencia de liderazgo; y que esa ruptura requiere de un intenso esfuerzo de reparación de las relaciones interiores, de reconstrucción de confianzas, de acercamiento entre las partes, de diálogo directo, franco y muy honesto”.
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Santiago, 07 de marzo de 2013
Señor Julio Pereira Gandarillas
Director Servicio de Impuestos Internos
De mi consideración
Mediante la presente, quiero informar a usted mi decisión de presentar mi renuncia al cargo que ocupo en el Servicio de Impuestos Internos.
Varias son las razones y las expresaré con respeto y con honestidad.
La primera y más evidente, es que entre usted y el suscrito se ha venido produciendo desde hace varios meses un severo distanciamiento a partir del enfoque comunicacional decidido para abordar frente a la ciudadanía la crisis generada por el caso Johnson. Para mí siempre fue necesaria y lo propuse con insistencia, una política de comunicaciones muy activa, de cara a la opinión pública, para explicar el caso y la solución aplicada todas las veces que fuera necesario en todos los medios disponibles para ello. Desde mi experiencia profesional, había que agotarse en ese intento.
En cambio, se optó por un camino muy distinto, el de parapetarse en el silencio, cediendo a los antagonistas de la dirección los espacios que estaban disponibles en los medios, permitiéndoles así construir sus realidades comunicacionales; y optándose a la vez por ser particularmente condescendiente con un medio de comunicación a efecto de controlarlo, ignorando al resto, como si lo emitido por éstos no tuviera impacto en la ciudanía.
Los resultados de ello están a la vista: un problema que pudo resolverse expeditamente actuando desde la transparencia –lo cual obviamente significaba también reconocer las desprolijidades y errores evidentes cometidos en el manejo de este caso y adoptar medidas al respecto (por ejemplo, la dilatada y al final inevitable salida del subdirector Mario Vila)-, se empantanó hasta la fecha durante más de ocho meses y las secuelas de ello se expresan en una pésima evaluación de la ciudadanía promedio acerca de lo actuado por el SII y sus autoridades.
Adicionalmente, estimo que el caso Johnson continuará gravitando en la organización durante los meses venideros y probablemente también en la campaña electoral que se avecina. Si bien usted ha sido exento de responsabilidades por parte de la Contraloría, el sumario por el conflicto de interés continúa y se anuncia la apertura de otro relacionado con la contratación de asesoría externa. Por tanto, tengo la impresión de que seguiremos en un “interregno comunicacional” y en una falsa normalidad de la cual no quiero ser parte.
Por otro lado, es evidente que mis funciones en el Servicio han sido invadidas por otras personas, con el consentimiento suyo, sin que exista la menor consulta o coordinación respecto a qué debe o no hacerse, cómo se procede o cómo se ha actuado, lo cual para el suscrito es ahora una situación intolerable desde la ética profesional. Semanas y meses de silencio, de total incomunicación de su parte, dan cuenta de un quiebre irreparable. Soy sincero en decirle que conmigo ha pasado lo que también ha sucedido con subdirectores y personeros del Servicio, que han visto cómo se les relega y margina, cómo se sospecha y se les maltrata verbalmente y en las formas en que se procede con ellos en el ejercicio de sus cargos. Personalmente, no estoy disponible para tolerar eso.
Desconozco si usted efectivamente va o no a continuar en el Servicio. Varias veces le escuché decir su deseo e intenciones de marcharse, decepcionado de su paso por esta organización. Pero si usted decide continuar, me permito decirle que debe tener conciencia de que este Servicio sufre una fractura interna de proporciones, de que existe un abismo entre la dirección y los funcionarios, y una grave ausencia de liderazgo; y que esa ruptura requiere de un intenso esfuerzo de reparación de las relaciones interiores, de reconstrucción de confianzas, de acercamiento entre las partes, de diálogo directo, franco y muy honesto.
Exige también reposicionarse ante la ciudadanía, antes los contribuyentes, que quiérase o no reconocerlo, ven hoy al SII como una organización que ha perdido una cuota significativa de su prestigio. Estimo también que la prensa seguirá insistiendo en busca de determinadas explicaciones y reflexiones de su parte.
Con todo respeto, me permito preguntarle, ¿Está usted disponible para encabezar un esfuerzo así, tiene la voluntad para ello? ¿Está usted disponible para ejercer el liderazgo que se requiere? Esas son cuestiones sobre las cuales debe tener usted mucha claridad, porque lamentablemente, desde hace demasiados meses la figura del director está en los medios y en las redes sociales exclusivamente por las circunstancias que rodean el caso Johnson y no por el ejercicio de las atribuciones de su cargo.
Le agradezco, director Pereira, la confianza que me otorgó al ratificarme en el cargo cuando usted asumió. Quiero recordarle que eso ocurrió luego de que manejáramos satisfactoriamente en una conferencia de prensa las derivadas tributarias de la venta de la participación de Axxion en LanChile, cuando usted sí contestó las preguntas de la prensa al respecto y luego dijo sentirse muy satisfecho del consejo que le brindamos.
Le saludo cordialmente.
Aldo Anfossi Gómez