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La Antártica es el termómetro que indica cómo cambia el mundo, y como parte del sistema climático global, está sufriendo los impactos del calentamiento global debido al aumento de gases de efecto invernadero.
Las noticias que han llegado últimamente del denominado continente helado son alarmantes: una grieta se abre a gran velocidad en la cuarta entre las barreras de hielo más grandes de la Antártica, hasta el punto que restan sólo 20 kilómetros para que termine completamente de desprenderse.
Esta grieta, que ya alcanza 175 km de longitud, fue detectada hace cuatro años, pero en los últimos meses ha ido creciendo de forma acelerada, con un desprendimiento diario de hielo que equivale a cinco canchas de fútbol y los glaciólogos señalan que su fractura total se producirá probablemente en los próximos meses.
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“Se cree que el significativo aumento de la temperatura del aire en la Península Antártica, ocurrido principalmente en la segunda mitad del S. XX, puede ser el factor que inició la fractura, junto a factores oceánicos y la dinámica propia del movimiento de la plataforma de hielo”, señala Jorge Carrasco, meteorólogo chileno.
La alarma con la que la mayoría de los medios hemos informado con lo que está ocurriendo en la plataforma Larsen C contrasta con la tranquilidad con la que los científicos observen el proceso.
No hay efectos inmediatos en el resto del planeta ni en Chile en particular. La plataforma de hielo ya son masas que flotan en el océano por lo tanto no tienen efecto en el aumento del nivel del mar, indican los expertos.
Lo que sí preocupa a los científicos es que el colapso de las barreras de hielo afecta a los glaciares que están detrás, porque el derretimiento de éstos, sí podría elevar el nivel de aguas en todo el mundo.
“El impacto más importante del colapso, está relacionado con la dinámica de los glaciares localizados en la parte este de la Península Antártica cuyos frentes descansan en la Plataforma de hielo Larsen C (PHL-C), los cuales pueden ver modificada su dinámica de desplazamiento al encontrarse con una plataforma “más débil”, esto significa que los glaciares interiores pueden acelerar sus flujos de hielo. Como consecuencia, los glaciares interiores pueden perder masa (agua) la cual sí iría a contribuir a un aumento del nivel mar”, explica Carrasco.
Para Gino Cassasa, glaciólogo chileno de renombre mundial : “ hay un síntoma de desintegración de la Antártica que ya está ocurriendo, especialmente en el mar de Amunsen, con grandes glaciares que están fluyendo más rápido y cuyas plataformas que son muy pequeñas han comenzado a desintegrarse, y eso es un presagio de lo que podría ocurrir al interior”. Y añade: “ Si se cumplen los escenarios más pesimisas de calentamiento, y no hacemos nada para restringir las emisiones de gases de efecto invernadero, podríamos llegar a cinco grados celsius, y eso, comenzariá a ser peligroso para la Antártica”, finaliza.