"Banquero de los pobres" y Premio Nobel ahora es acusado de "chupasangres"

Hasta ahora intocable por el premio Nobel de la Paz que recibió en 2006, el “banquero de los pobres” de Bangladesh, Mohamed Yunus, asiste estos días a una campaña de desprestigio que atizó la primera ministra bangladeshí, Sheikh Hasina, llamándolo “chupasangres”.

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El cuerpo diplomático en Dacca no daba hoy crédito a las declaraciones de Hasina recogidas por la prensa de su país, hechas en una rueda de prensa al volver de gira internacional.

La primera ministra estaba ausente cuando comenzó la campaña contra Yunus, al calor de un documental emitido a fines de noviembre en Noruega que denunciaba un trasvase de fondos donados entre dos de sus entidades, ocurrido en 1996.

Grameen Bank de Yunus transfirió en aquel año el equivalente a 96 millones de dólares de fondos noruegos a una entidad hermana creada ex profeso, Grameen Kalyan, que lo reintegraría al banco en forma de crédito con intereses.

Yunus defendió entonces y defiende ahora que la operación fue una “innovación financiera” que buscaba beneficiarse de una exención fiscal en vigor, pero la revirtió para zanjar el contencioso con los noruegos.

Lo ocurrido ha sido destapado por el documental “Atrapados por el microcrédito”, que emitió hace seis días la televisión nacional noruega, y que ha dado pie a todo tipo de acusaciones a Yunus en su patria, así como a manifestaciones de apoyo.

Las autoridades noruegas matizaron que no sospechan de corrupción en el Grameen Bank, pero el ministro de Desarrollo Internacional, Erik Solheim, añadió que es “totalmente inaceptable” que la ayuda se use para fines distintos de los previstos al ser otorgada.

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En comunicados difundidos en su página web -Yunus se encuentra en Lisboa-, el “banquero de los pobres” reiteró que el banco no hizo “nada incorrecto”, sino que obró de “buena fe y con buenas intenciones para ayudar a los pobres”.

El Premio Nobel calificó de “fabricación total e infundadas” las aseveraciones que hace el documental noruego, en el sentido de que el banco sólo recuperó 30 millones de dólares de los fondos transferidos a Grameen Kalyan.

El Grupo Grameen que encabeza el Nobel de la Paz y Premio Príncipe de Asturias de la Concordia de 1998 está compuesto por una treintena de compañías, divididas entre las que tienen y las que no ánimo de lucro.

El economista bangladeshí se hizo mundialmente famoso con el Nobel otorgado por su sistema de concesión de microcréditos a los pobres de Bangladesh, que ha sido replicado en otras partes del mundo.

Pero Hasina aseveró ayer que “los micro-banqueros” han convertido a los pobres de Bangladesh es sus “conejillos de indias”.

“En nombre del alivio de la pobreza, les están chupando la sangre a los pobres”, dijo la primera ministra.

Hasina acusó a Yunus de pretender “evadir” impuestos con la cuestionada transferencia de fondos, consideró necesaria una “investigación profunda” de lo ocurrido en 1996 y advirtió: “los ‘chupasangres’ de los pobres no pueden salirse con la suya todo el tiempo”.

Una fuente diplomática consultada hoy por Efe telefónicamente expresó su perplejidad por las acusaciones de Hasina contra una figura como la de Yunus, que representa la “imagen favorable y grata de Bangladesh” en el mundo y es bienvenido allí donde va.

La fuente atribuyó a animadversión personal y “envidia” las declaraciones de la primera ministra.

Tanto Hasina como su eterna rival al frente del Gobierno de Bangladesh, la hoy opositora Khaleda Zia, han estado encarceladas bajo acusaciones de corrupción, un mal endémico en un país que obtuvo una nota de 2,4 puntos sobre diez en el último índice de Transparency International.

Los casos contra Hasina quedaron cerrados tras su ascenso al poder después de vencer en las elecciones de diciembre de 2008, mientras Zia y su familia siguen acosadas judicialmente.

En su editorial de hoy, el diario bangladeshí en inglés “The Daily Star” condenó la campaña “abominable” de desprestigio a Yunus por una cuestión que “se resolvió amigablemente hace 12 años”.

El rotativo destacó que, más allá de lo revelado por el documental noruego, los comentarios que éste ha generado en Bangladesh concluyen erróneamente que hubo una “apropiación indebida” de fondos y están “calumniando a una institución y un individuo que fueron galardonados con el Premio Nobel”. 

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