“No sé si sabes contar”, le reprochó Gustavo Poyet a un periodista en la conferencia de prensa post 1-2 de su elenco en el “Clásico Universitario”, en el enésimo encontrón del uruguayo con la prensa de nuestro país. “No llevo siete meses, llegué en marzo”, le aclaró el entrenador al comunicador.
En ésta tiene razón el DT, porque fue anunciado a fines de febrero y acaba de cumplir cinco meses al mando de Universidad Católica. Pero si se trata de conteos, en este corto período de tiempo, su proceso se ha caracterizado por ciertas marcas numéricas del equipo, más negativas que positivas, por lo demás.
Con su derrota del domingo ante Universidad de Chile, la UC llegó a cinco caídas en el Campeonato Nacional 2021 en apenas 13 partidos. Con esa cantidad, igualó las de Ariel Holan en todo el torneo 2020, que tuvo un total de 34 fechas, mientras que ya supera por dos las de Gustavo Quinteros en el 2019 y Beñat San José en el 2018, en 24 y 30 encuentros, respectivamente.
Así, las cifras del “charrúa” están muy alejadas de las de sus antecesores. Hasta el momento, en el certamen local, el actual técnico tiene un 56.4% de rendimiento, muy bajo comparado con el 63.7% de su predecesor, el 73.6% del hoy adiestrador de Colo Colo y el 67.7% del vasco, quienes le heredaron un plantel tricampeón.
El revés a manos de la “U” no sólo le impidió a la “Franja” trepar a la cima, sino que también cortó una paternidad “cruzada” en los últimos años contra su clásico rival. Los precordilleranos no perdían desde el 2018 frente a los azules, lapso donde se enfrentaron cuatro veces, con dos triunfos rotundos (4-0 y 3-0) y dos empates (1-1 y 0-0).
No solamente registros recientes alteró el conjunto dirigido por el otrora volante, ya que estableció uno que involucra a toda la historia del club. Antes del gol de Germán Lanaro a O’Higgins, la “Cato” estuvo 522 minutos sin anotar por duelos oficiales, considerando las tres competiciones, con lo que firmó la sequía más larga de la institución.
De lo único que puede ufanarse el nacido en Montevideo hasta ahora es de la clasificación de su escuadra a los octavos de final de la Copa Libertadores, acabando con una década sin presencias en esa instancia. Claro que, como se sabe, lo trajeron para abrochar el “tetra”, objetivo que cada vez se enreda más.