Columna de opinión: Haciéndose el Larry

Larrivey apenas toca la pelota, pero cuando lo hace, te mata. Poyet tapa su frustración con reclamos y peleas.

Larrivey
Larrivey y Poyet / AgenciaUno y Photosport

Joaquín Larrivey es de esos delanteros puros, los de la frase cliché “nunca puedes subestimar a un goleador”, que por más repetida que sea, no deja de ser cierta. En Rancagua tocó pocazo la pelota, pero las dos veces que lo hizo fue para meterla en el arco y decretar el triunfo de la “U”.

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Quizá no se mueva mucho fuera del área, pero dentro de ella le bastaron dos movimientos para anticiparse a Germán Lanaro y marcar. Se hace el “larri”, el desentendido, pero te mata de primera y a sacar desde el medio.

Impresionante lo del “Bati”, responsable directo de 15 de los 22 puntos que llevan los azules en el torneo. Si eso no es suficiente para que le renueven de inmediato, no sé qué lo sería.

No vaya a ser que Azul Azul, a la espera del gerente deportivo, se quede sin un jugador tan determinante. Sería un error imperdonable de los nuevos dueños.

Así como Larrivey lo hizo en la cancha, Gustavo Poyet se hizo el “larry” en la conferencia. Decir que los cruzados fueron superiores es extrapolar los primeros minutos a todo el partido, que tuvo llegadas en ambos pórticos, las más claras en el suyo.

Sus reclamos por todo resultan agotadores, todavía más cuando alegó por lo mismo al llegar a Chile, situándose por encima del medio local, mientras que sus constantes encontrones con los periodistas reflejan su frustración. La UC no está “salada”, como dijo ayer, sino justamente lo contrario: no tiene gusto a nada.

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