“Llego más maduro y con ambición de ganarlo todo con esta institución. Quiero demostrar que soy un jugador que siente la camiseta”. Frase del 3 de marzo de Martín Rodríguez, presentado oficialmente como refuerzo de Colo Colo, para su segunda etapa en el Monumental.
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Menos de cinco meses después, el extremo de 26 años se va con apenas 12 partidos jugados y dos goles. Se despide sin pena ni gloria, sin haber ganado nada y sin haber demostrado su “amor” por los colores.
La idea no es meterse en el bolsillo de nadie, porque claramente el ofrecimiento desde Turquía era inalcanzable en términos económicos. Lo que sí se puede reclamar es la falsa esperanza al hincha, que ve cómo su club es un simple trampolín.
Ya no es que los jugadores no alcancen a estar un año en un mismo equipo, ahora ni siquiera se mantienen un semestre. Está perfecto, ley de oferta y demanda, pero así como algunos aluden al profesionalismo en estas instancias, también háganse cargo de sus declaraciones.
Más allá de lo personal, el “Tin” mete en un tremendo problema al colectivo. El DT estuvo durante todo el receso afinando un conjunto que prometía, con el formado en Huachipato como pieza clave en su esquema.
Con el torneo reanudado, Gustavo Quinteros tendrá que ajustar en el camino. El entrenador ya advirtió que la partida del futbolista es “terrible” y que es “irreemplazable”, porque no hay opciones de sustituirlo.
“El retorno al ‘Popular’ es algo grandioso, el paso anterior que tuve se me pasó muy rápido”, expresó Martín Rodríguez en su conferencia de prensa de presentación. Las palabras se las lleva el viento.